8 de octubre de 2013

CAPÍTULO 9: Third time lucky (a la tercera va la vencida). Parte 1.

El domingo me desperté bastante tarde. Por la noche había salido con mis amigos (hetero) a darnos una vuelta por las fiestas, beber un poco y llegar bastante tarde. Me decían que dónde me metía últimamente y que si me había echado novia, que me veían con cara de haber follado. Ay... qué ilusos, pero bueno, de ellos hablaré en otro capítulo. Cuando cogí el móvil tenía varias llamadas de Sergio, así que le respondí y quedamos en ir a la playa por la tarde. Mi familia estaba un poco cabreada, que entre unas cosas y otras no paraba por casa, pero claro, qué te van a decir ya con 22 años.

A las 19h me pasé a buscar a Sergio, ya que su calle pillaba de paso para ir a la playa y lo primero que me preguntó es si había hablado con Dani.

- Ostias! Dani!

Tan siquiera le había llamado para ver qué tal estaba su familiar ni nada, vaya desastre, pero a ver cómo le contaba que me había follado a su amigo el primer día que le conocía. No sabía qué relación habría entre ellos y si podría molestarle. Vaya marrón era todo. Así que fui sincero con Sergio y le expuse todo lo que pensaba, acordamos llamarle por la noche, al menos para contarle cómo iban nuestras andanzas en el mundo del cruising.

Mientras íbamos andando por la playa nos autoconvencíamos de que ese día tenía que ser el día definitivo, teníamos que armarnos de valor y subir hasta la caseta en ruinas. Y así lo hicimos. Al pasar el Gran Hotel, fuimos a la rampa de madera con paso decidido y no nos detuvimos hasta cruzar la pinada y llegar arriba. Habíamos tardado una hora, pero por fin estábamos allí. A la tercera había sido la definitiva.

Efectivamente había una caseta en ruinas que unos metros por detrás tenía a la carretera nacional que une los pueblos costeros de la Vega Baja, a uno de sus lados, un improvisado aparcamiento de arena al que se tenía acceso directamente desde la transitada carretera, y por donde se subía, un mirador con unas vistas de película. Por otro de sus lados, una de esas urbanizaciones en medio de la nada fruto de una mala gestión urbanística. Había varios coches aparcados y varios tíos rondando por la caseta y la pinada. Enseguida nos dimos cuenta de que se trataba de un sitio de car-cruising, es decir, donde la gran mayoría de su público viene en coche y no por la playa. Era lógico, 2,5 km en coche desde el pueblo no es nada.


Sergio me preguntó si nos separábamos o buscábamos juntos y lo cierto es que la segunda idea me pareció más atractiva. 

1 comentario:

  1. Hola tio me e leido ya todas tus historias y la verdad esq me encantan y me gustaría tener contacto contigo

    ResponderEliminar