10 de septiembre de 2018

CAPÍTULO 170: LOS AMIGOS QUE NUNCA FUERON. LAS RAZONES DE MI AUSENCIA.




Ando siempre con extraños, 
la corriente lleva al mar y me iría con cualquiera 
de aquí a la eternidad. 
Si el verano fue una playa, el invierno fue un cuartel 
pero la vida no engaña todo es la misma piel. 
Y eso que cuando apareces 
se desvanece el dolor y no necesito a nadie porque sé, 
que como todas las noches nos perderemos los dos 
buscando algún paraíso artificial. 
(Dorian - Paraísos Artificales)




La gente se sorprende cuando, tras conocerme, averiguan que no conservo demasiados amigos de mi infancia, juventud o simplemente de mi pasado. Se sorprenden, arquean una ceja o muestran una expresión facial de cierta preocupación. A mi nunca me ha preocupado lo más mínimo. Tenemos el concepto de amistad demasiado difuminado en una sociedad que prima tener cientos de contactos inútiles en las redes sociales. Así que sí, es cierto, no conservo demasiados amigos de la infancia, los cuento con los dedos de una mano, pero se que los están son amigos en todo el concepto de la palabra.

A DiarioDeCruising tengo que agradecerle muchas cosas. Lo comencé hace 5 años por estas fechas, comenzaba una nueva etapa de mi vida laboral y el estrés que sufría me hizo llevar a cabo una idea que siempre había rondado mi mente: la de plasmar en algún sitio todas mis vivencias personales y sexuales de los últimos años. Escribía de forma desenfrenada. Escribir se convirtió en una vía de escape, las manos iban al teclado y mi mente dejaba de pensar en todo lo demás. En realidad fue como una terapia. Tuve los primeros 50 capítulos escritos en menos de 3 semanas y ello favoreció la periodicidad de publicación. A veces un nuevo recuerdo se metía en medio, a veces Sergio y Dani tardaban en darme sus correcciones de todas mis memorias, pero ahí estaba. La constancia marcaba.

Y el éxito llegó. La primera semana que publiqué pensaba que el blog duraría dos días, pero las visitas aumentaban, los comentarios, los e-mails, los privados, las ofertas... Todo. Incluso durante este año y medio de parón las visitas han mantenido una tendencia constante. Asombro absoluto para mi. Sin embargo, con el éxito llegaron los problemas. Ir de cruising por mis lugares habituales empezó a ser complicado: todos querían averiguar quién era Marcos, quién escribía el blog, quién ponía esos motes, quién contaba las intimidades del Rebollo y del Moncayo. Incluso me sometían a peculiares trampas por apps de ligoteo. Sí, nunca me veréis renegar de usar Grindr o Wapo. Veo muchos perfiles de influencers de Instagram de chicos que dicen: "bah, con mi físico no necesito usar esas apps", como renegando de ellas, y luego resultan ser los mismos a los que ves en saunas o en los lugares más sórdidos. Volviendo al tema, todos querían saber quién era Marcos. Y yo nunca me oculté en exceso. Hice muchos amigos en la playa, gente que conocía de vista, pero nunca habían dado la cara. Gente que se te presentaba con la mejor de sus sonrisas. Nunca en mi vida me han invitado a tantas barbacoas, piscinas, fiestas privadas, barcos, veleros, coches, discotecas, chalets... En serio. A Dani, Sergio y a mi nos parieron los amigos. Me daría para empezar un nuevo blog solo para contar lo vivido entre 2014 y 2016.

¿He usado la palabra 'amigos'? Qué error. Debería de haber usado conocidos o simplemente interesados. ¿Por qué? Pues porque todos, salvo una clara minoría, esperaban algo a cambio de todas aquellas inocentes invitaciones. Querían sacar algo de nuestra amistad y ese algo era sexo. Al final, todos intentaban follar con nosotros de una manera u otra. Y ojo, hemos echado unos polvos increíbles con chicos de físicos espectaculares. Y con nuestros rechazos (perdón, pero por escribir el blog no quiere decir que me tire a todo hombre que me cruce) nos fuimos ganando fama de engreídos, rancios, estirados, de mirar por encima del hombro, creernos dioses y un largo etcétera. Los mismos que nos amaron, los mismos que se acercaron, que nos invitaban a mil cosas, empezaron a ser los mismos que empezaron a tratar de destruirnos. Ellos tenían la sartén por el mango, al fin y al cabo son de la zona de Alicante o Murcia y se pasan en el Rebollo todo el año, crean sus grupos, tienen oportunidades de conocer a más gente y más oportunidades de ponerles en tu contra y crearte una fama falsa:

- Pues ten cuidado con ese, si le ves en los pinos pasa de el.
- ¿Ves a aquél? Pues pasa el VIH, así que aléjate.
- Mira a esos tres: son violentos y chulos, no te acerques.

Y esos comentarios que nos dedicaban son de los más suaves. Así es buena parte del colectivo: sumamente destructiva, incluso usando temas como tan sensibles como el del VIH. Podría deciros que nunca nos importó, pero aquello es como un pequeño pueblo en el que todos los cuchicheos pasan a ser los rumores y los rumores pasan a ser verdades. Los 'me han dicho' y 'me han contado' instauran pasados que nunca sucedieron. Y ahí comienzas a tener problemas para ligar y conocer gente. El ambiente se vuelve hostil y empiezas a coger manía a ese lugar que tantos buenos momentos te ha dado. Y esa manía te acaba haciendo escoger otros destinos y pasando veranos alejado de la playa de tu vida. 

He estado dos años haciendo muy escasas apariciones por el Rebollo. Cuando me decidí a dejar esto atrás y continuar con el blog llegó la denuncia. Si, ahora puedo explicarlo sin temer perder juicios: El Cata me denunció por una de mis últimas publicaciones que hacían referencia mi pasado con el: intromisión al honor, vulneración de privacidad, injurias... Cabría preguntarse qué estaría buscando en internet para dar con mi blog. Curioso. Hubo dos juicios: el primer juez no admitió la demanda a trámite, la segunda jueza y sustituta del primero si lo hizo y lo perdí. Recurrimos y lo gané. Apelaron y lo perdieron. Esa es la historia corta de detalles judiciales con los que no os quiero aburrir. Y es en buena parte la responsable del parón de este blog, que no estaba destinado a parar durante tanto tiempo. Me aconsejaron cerrarlo, borrar todo, destruirlo. Pero siempre me negué. El objetivo de este blog es el de compartir mis vivencias y todos los nombres son falsos, como ya os he contado muchas veces, trato siempre de preservar la intimidad de quienes aquí aparecen.

Este verano he vuelto al Rebollo. Este verano hemos vuelto al Rebollo. Un nuevo Rebollo. La chupipandi que inventó tantas falsas historias sobre nosotros está destruida: cada uno va por su lado y se dedican algún 'hola' descafeinado. Hemos conocido a muchísima gente agradable y recuperado viejas amistades. Hemos recibido disculpas y percibido un buen rollo que hacía tiempo que no sentía.

Hoy es un buen día para volver. Si me aceptáis, claro.