Nos
enrollamos desenfrenadamente tras cruzar la puerta de su casa y acabamos en su
cama desnudos, recorriendo nuestros cuerpos con la lengua y acariciándonos con
la mano en medio de pajas y felaciones mutuas. Descubrir su polla fue un
placer: una polla de 16cm, gordita y no circuncidada que lubricaba muy bien por
sí misma. LLegó un momento en que Sergio
me tumbó boca arriba y se puso a chupármela, a mi me quedaba poco y él lo
sabía, así que me soltó:
-
Nunca me han follado y quiero que lo hagas tú, quiero que te corras dentro.
Me
puso un condón y la verdad que costó bastante hacerla entrar, pero una vez
estuvo dentro, Sergió empezó a jadear como hasta ese momento no lo había hecho
y me empezó a cabalgar. Tenía un culo que, al menos para mí, era casi perfecto:
bien trabajado y con glúteos redondos y firmes.
-
Quiero que nos corramos a la vez. Pajéame. -Dijo.
A
los pocos segundos de empezarle a pajear echó un chorro de leche bastante
grande en mi pecho y eso me excitó tanto que fue lo que me hizo correrme a mí.
Como el quería, dentro de su culo.
Nos
limpiamos y nos quedamos los dos boca arriba apretados en su cama, en silencio.
Varios pensamientos pasaban por mi cabeza: "¿y ahora qué pasa? Marquitos,
has desvirgado a un tío y eso une. Ya verás como se pille o algo". Tras
pasar varios minutos, nos vestimos y me dijo que me invitaba a tomar una
cerveza por ahí. Acepté. No hablamos mucho de lo que había ocurrido, tan sólo
me dijo que había disfrutado muchísimo, a lo que yo también correspondí.
Sergio,
que también era de Madrid, estudiaba económicas en la Universidad y lo cierto
es que no le gustaba mucho su carrera. Vivíamos más cerca en nuestro destino
veraniego que en Madrid, así que, ya que Dani no estaba por allí y apenas me
quedaban 5 días de vacaciones, me eché un nuevo amigo íntimo con el que
compartiría momentos muy buenos.
Buenooooo ... :-)
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