3 de febrero de 2014

CAPÍTULO 48: EL BICHO (Historia narrada por Sergio)

Alguna vez la idea se había pasado por nuestras cabezas, incluso lo habíamos hablado en multitud de ocasiones y, de hecho, visitábamos un centro especializado del centro de la capital que nos había recomendado Dani y allí íbamos los tres amigos después de cada verano a hacernos las pruebas de serología, ya sabéis, para diagnosticar la aparición de alguna ETS o el VIH. Estas pruebas tenían mucha fama en el mundillo gay, muchos se regodeaban diciendo: “es que yo me hago pruebas cada 6 meses y estoy muy tranquilo”. Pues para mí, nunca han sido nada tranquilizador. Básicamente porque las pruebas no previenen, sino que diagnostican, es decir, que si te confirman algo, ya es tarde para evitarlo (pero pronto para tratarlo, por supuesto). Aún así para asegurar nuestra salud, después de esos veranos de sex on the beach, hacerse las pruebas se convertía en algo totalmente necesario.
Con desconocidos siempre practicaba sexo con protección en lo que se refiere a la penetración en uno u otro sentido, me consta que los tres lo hacíamos casi sin excepciones. Era algo que nos habían inculcado y teníamos muy asumido, algo que parece que las nuevas generaciones de adolescentes están pasando por alto. Tengo que reconocer que no solíamos practicar el sexo oral con condón, no, para eso me compro un consolador y lo chupo… Pero si chupo una polla, es lo que quiero sentir.

Y quizá ese fue mi mayor error al principio. Al contrario que Marcos, mi primera vez en el mundo de cruising no fue con él en la caseta, un año antes me había atrevido a ir solo por allí para descubrir aquello, aunque aquella primera experiencia fue breve y decepcionante. Iba nervioso, con muchas ganas y con mi cara de niño tímido. Todo fue muy rápido. Vi a un chico de unos 30 años: alto, moreno, delgado, bien vestido y bien cuidado. Intercambiamos miradas, se bajó a la pinada y me hizo una señal. Cuando bajé ya tenía la polla fuera del pantalón, una polla de 16 cm, normalita, tirando a delgada, no circuncidada. "Quiero que me la coman un poco", dijo él, así que me agaché y me la metí en la boca para empezar a mamarla. Al minuto y medio noté que se corría en mi boca. "¡Mierda!", si algo no me gustaba era que un desconocido se corriera en mi boca sin avisar. "Lo siento tío, tenía muchas ganas y la comes muy bien. Hasta luego". Se quedó más ancho que largo, se abrochó el pantalón y se largó. Encima precoz. Vamos, fue una historia para olvidar. Así que me largué de allí y me fui a casa.

Los síntomas tardaron unas 3 semanas en aparecer y mi confidente en todo aquello fue Dani, a quien le agradezco todo el apoyo recibido:

Le veía muy preocupado desde hacía unos días, eso no era normal en Sergio, un chaval que siempre destacaba por su alegría. Hasta que me contó lo que le pasaba: desde hacía algunos días le picaba la polla más de lo normal y tenía una especie de roncha roja en el lateral del glande. Me lo enseñó. Intenté quitarle importancia, la verdad es que pensé que se trataba de una irritación quizá producida por el gel de baño, algún lubricante, el látex… vete tú a saber. Sin embargo, pasaban los días y aquello no iba a mejor, incluso empezó a venir acompañado de episodios eventuales de dolores de cabeza y fiebre. Hubo que ir al médico, quien al principio, pensó que se trataba de alguna lesión producida por una penetración brusca

Así que me decidí a ir al médico acompañado de Dani, ya en Madrid:
 
- ¿Mantienes sexo seguro verdad, Sergio? – preguntó el médico.
- … Sí… en lo que se refiere a penetración – tardé en responder.

Me mandó pruebas serológicas que tardaron bastante más de lo habitual en analizar y, mientras tanto, me mandó una pomada antibiótica para aliviar el picor que estaba indicada para irritaciones en el glande. Y, sí, el picor más o menos me lo aliviaba, pero la roncha no desaparecía. El médico nos contó lo que ya sabíamos: que con el sexo oral también se pueden transmitir TODAS las ETS, incluido el VIH, aunque es bastante más difícil e infrecuente.

Mientras esperaba los resultados no paraba de buscar información en internet: gonorrea, clamidia, papiloma humano… Justamente todo menos lo que me iban a diagnosticar. El día señalado llegó y el médico me dio el resultado confirmando el bicho que tenía en mi interior, un bicho llamado sífilis. Sífilis. La enfermedad silenciosa. La que hasta hace 40 años provocaba la muerte sin remedio. El médico, viendo mi cara de absoluta preocupación y tristeza, me tranquilizó:

- Hoy en día esto es 100% curable. Se te pincha un antibiótico intramuscular y, si surte efecto, la enfermedad remite- explicó.

Si surte efecto, claro, si no, habría que poner más dosis hasta que remitiera por completo. Así que me recetaron una dosis extremadamente alta de Benzetacil (antibiótico específico altamente concentrado de un mes y medio de duración en el organismo) que, ironías de la vida, me pincharon en "mi perfecto culete", como decía Dani. A los tres meses tendría que repetirme los análisis para comprobar el efecto y, mientras tanto, evitar las relaciones sexuales sin protección, fuera cual fuera. Tres meses sin sexo. 

Afortunadamente, a los tres meses, la enfermedad había remitido, prácticamente no quedaba rastro de ella en mi cuerpo y no hizo falta pincharme de nuevo. Aunque eso sí, la enfermedad, como la rubeola, paperas y otras, deja una marca en el organismo que siempre saldrá en las analíticas.
¿Cómo me contagié? Pues como menos uno podría esperarse: por la mamada que le hice a aquel tío que supuso mi primera vez en el cruising alicantino, debía de tener un chancro en el rabo que no vi y al contacto con mi boca y su eyaculación se dieron todos los ingredientes. Sí, por una mamada. Así que, como consejo, andaros con ojo y no deis nada por hecho… El médico me contó que los casos de sífilis en España se habían cuadruplicado en los 3 últimos años, sobre todo en Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante y alguna otra gran ciudad.
La sífilis, si es detectada en su primera fase como fue mi caso, es fácilmente curable. Así que si tenéis la más mínima sospecha o habéis tenido sexo no seguro, haceros las pruebas de vez en cuando. Una sífilis avanzada complica bastante las cosas. En cierta parte aprendí la lección, no volví al mundo del cruising hasta un año después y durante ese año estuve sólo a base de pajas. Aún hoy en día me acuerdo de ese cabronazo que me lo hizo pasar tan mal, porque estoy convencido de que el sabía perfectamente que estaba contagiado. Y ya hay que ser tremendamente irresponsable para, sabiendo que tienes lo que tienes, ir por ahí propagando la enfermedad.

Alguna vez, dada la descripción que di a conocidos, parece ser que le habían vuelto a ver por allí, yo nunca más me lo encontré y espero no hacerlo. No se qué reacción podría tener.

Gracias a todos por leer mi historia y a Marcos por dejarme publicarla en su blog.

10 comentarios:

  1. Este es el relato que me dijiste que contarías más hacia delante.¿Te acuerdas de lo que te conté de mi primera experiencia en el cruising ? Te dije que un tio me comio el rabo y a partir de ese momento mi polla no era la misma con picores y ronchas rojas que según el médico era balanitis por cándida(hongos). Fue un trauma para mi y creo que aún lo sigue siendo en cierto modo y muy desagradable. Me atrae muchísimo el cruising con desconocidos pero me da a la vez rechazo ahora. En otro post mencionabas las apps de buscadores geoloalizados tipo grindr,bender... Puede ocurrir lo mismo aunque no sea el mismo método aunque eso si, creo que con menos probabilidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro, yo es que creo que es algo que te puede pasar con cualquiera, conocido o desconocido. Quién te dice que el tío con el que llevas unos días quedando, tomando cañas y tal, no se fue la noche anterior con otro, le pegó algo y luego te lo pasa a ti. ¿Sabes? Como dice perro más abajo, es una lotería y la suerte juega un papel fundamental.

      Eliminar
  2. El problema es que cualquier práctica sexual con cualquier persona, conocida o no, entraña un riesgo de contagio de cualquier enfermedad, en mayor o menos medida. O al menos cada uno debería plantearselo así, con responsabilidad para decidir en cada momento que práctica realizar y con quién, tomar medidas de seguridad oportunas y asumir el riesgo que globalmente comporte.
    No obstante y a pesar de todo, es una lotería, y a veces simplemente es cuestión de mala suerte, como creo que este fue el caso como el comentario anónimo.

    Por otra parte, me alegra haber leido un post escrito por Sergio, otro de los protagonistas del blog, señal que seguís siendo amigos.
    Un saludo para tí :-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A pesar de los líos y enfados que puedan surgir en cualquier amistad o relación, cuando ésta es fuerte, siempre prevalece :)
      Totalmente de acuerdo, lo de Sergio fue mala suerte, ya que además, por aquel entonces, había estado con muy poquitos tíos.

      Eliminar
  3. No es por ser impertinente, pero si lo único que hiciste con el fue una felacion y eyaculo en tu boca, no es posible que tuvieses un chancro sifilitico en el glande... este se produce en el punto de inoculación y si tu glande no toco ninguna mucosa suya... complicado que fuese él el cupable.

    Pero a lo que va este post, hay mil ETS... así que sexo seguro!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas Anónimo. Sergio me asegura que en aquel tiempo sólo estuvo con él y el médico le dio como posible que el chancro apareciera en el glande en vez de en la boca. Lo que ahora le hace dudar es que él empezó a pajearse cuando se la chupaba y pudo ser que se escurriera algo y cayera en su polla, la distancia del tiempo complica los recuerdos. Pero lo cierto es, más o menos complicado, más o menos raro, así es como fue.

      Eliminar
  4. Bien bien, gracias a los experimentos realizados en eeuu en los 40, con cobayas humanas a las que dejaban morir; ahora podemos dedicarnos a comer decenas de rabos a desconocidos sin tener que saborear asqueroso látex.

    ResponderEliminar
  5. Soy el primer anónimo. El médico me dijo que para protección casi absoluta condón para todo pero como sabreis una mamada con condón no es una mamada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que es eso. A mi si alguien me pide consejo digo lo mismo que tu: ponte condón para todo. Si decides chuparla sin condón intenta que nunca se te corran en la boca y escupir de cuando en cuando. Desde que Sergio me contó lo que le ocurrió, siempre llevo conmigo un enjuague bucal con alcohol para "después de", que no se si será muy efectivo o no, pero nos lo recomendaron en el centro de ETS donde nos solemos hacer las pruebas. Pero sí, para chupar plástico... pues eso...

      Eliminar
  6. Pues en un prospecto de esos para concienciar a la gente sobre el VIH explican que no es bueno usar enjuagues bucales ni antes ni después de una felacion porque facilitan el contagio ... Recomiendan enjuagues con agua ....

    ResponderEliminar