14 de febrero de 2014

CAPÍTULO 52: MIS GANAS DE VENGANZA



No me preguntéis por qué, pero necesitaba follar con otro tío con cierta urgencia. Tenía sed de venganza. ¿Venganza? Si, ya se, si total, ya follaba con otros tíos cuando las cosas estaban bien, pero esa idea me atormentaba. Pasé una mala noche: tuve sueños bastante morbosos y me empalmaba cada vez que venían a mi cabeza las imágenes de Sergio y Dani, sus gemidos… Me tuve que cascar una paja para dormir. A día de hoy se que estaba siendo tremendamente egoísta y que en realidad no tenía derecho a quejarme, pero en ese momento estaba molesto.
Durante los tres días siguientes no nos hablamos, ellos dieron por hecho que yo necesitaba tiempo y a mi no me apetecía verles. Estuve yendo a la caseta para ver si veía al cuarentón que me sobó el culo días atrás y fue al tercer día cuando coincidí con él. 

Me encontraba medio escondido en la pinada cuando le vi aparecer por la caseta. Tenía el plan diseñado en mi cabeza. Me dirigí a la caseta por debajo de la pinada y subí accediendo a la caseta sin que el se diera cuenta, ya que ya estaba andando por la explanada. Saqué la botella de agua que llevaba, bebí un trago y el resto me lo eché por el cuerpo, procurando que el bañador me quedara bien pegado al culo. Me puse de espaldas a la ventana que daba a la explanada para lucir mi culo mojado y silbé con fuerza, el cuarentón se giró, me reconoció y se acercó.

-      Vaya vaya, así que volvemos a coincidir – dijo, mientras me volvía a agarrar e l culo con fuerza – Espero que esta vez no juegues conmigo y me dejes ver lo que hay debajo de ese bañador, que mira cómo se me pone – prosiguió, a la vez que se apretaba el abultado paquete y no paraba de tocarme el culo con fuerza y deseo.
-      Sígueme – dije.

Nunca me había gustado follar dentro de la caseta, estaba demasiado sucia y era un escaparate a cualquiera que pasara por allí, así que me bajé a la estancia sombría donde habíamos comido tantas pollas. Como le llevaba cierta ventaja, me quité el bañador, me abrí de piernas y me apoyé en el árbol que tenía enfrente, de la forma más sugerente que pude.

-      ¡Bufff! Vaya culazo tienes cabrón, hay que darle lo suyo – dijo cuando llegó.

Se quitó los pantalones-bermuda que traía, y se puso de rodillas a escupirme en el culo, pero con cierta reserva.

-      Anímate, está recién salido de la ducha y bien limpito – le dije con tono sugerente.

Aquello le animó porque me clavó la lengua en el agujero inmediatamente, lo único negativo era que pinchaba con la barba, pero lo sabía comer muy bien. No tardé en empalmarme y, metiendo la mano por debajo de mis piernas, empezó a tocármela mientras me seguía chupando el culo. No se por qué, pero siempre que me comían el culo era una sensación que me transportaba a otra dimensión y hacía que mi polla se pusiera muy dura.

-      Encima no estás mal dotado… - susurró mientras me medio pajeaba.

Empezó a meterme un dedo que mi culo absorbió rápidamente, así que metió dos y llegó al tercero, que ya fue el que me dolió. Tenía los dedos gordos y no paraba de escupirse en ellos antes de metérmelos. Veía que no iba a haber más preámbulos y que tenía muchas ganas de follarme.

-      ¿Quieres que te folle a pelo o prefieres condón? – ofreció.
-      Condón, claro – contesté. (¿Pero qué cojones pasaba últimamente con el a pelo?)
-      Vale, pero déjame metértela una vez a pelo, por favor. Meter y sacar y me pongo el condón (que en ese momento sacaba del bolsillo trasero de su bermuda tirada en el suelo).

Dicho eso, empezó a meterme la lengua en el culo y no me pude resistir, accedí para después arrepentirme.

-      Te la voy a meter de golpe, ¿tendrás aguante? – dijo.
-      No, no, paso tío... Ponte el condón y me la metes de golpe si quieres - contesté y no hubo más discusión.

Vi las estrellas. Me pasó como con Guillaume. Cuando aquella polla gorda invadió mi culo de golpe grité y se me nubló la vista, y allí la dejó. Quieta. Suspiraba y alababa mi culo mientras tocaba mi polla como podía.
Qué manía tenían últimamente de quererla meter a lo basto. Me la volvió a meter de golpe y empezó a follarme como un animal, tenía mucha fuerza, tanta que me resultaba desagradable al principio, pero con el tiempo, me acabé acostumbrando y disfruté.  Teníamos público, había un par de tíos mirando y pajeándose. No me importó, mientras no grabaran…

-      Quiero chupártela antes de que te corras… - dije – Esa polla me la tengo que comer.
-      Pues entonces espera… - contestó.

Me la sacó, se quitó el condón y me la ofreció. Se la estuve mamando un rato de rodillas mientras mi culo descansaba (y mis piernas también). Sabía a hombre aquella polla, parece que todavía puedo saborearla, no era un sabor desagradable, sino todo lo contrario, le añadía morbo.

Se volvió a poner el condón y me folló hasta correrse con un ohh si, ohh si, ohh, joder. Sacó el condón lleno de lefa, lo metió en una bolsa  de plástico y se lo guardó. Yo mantenía la erección, así que me recosté en el árbol para descansar de la postura que habíamos tenido y le ofrecí mi polla. Se agachó a chupármela, pero al final cambió la mamada por una paja y un dedo suyo dentro de mi culo, que culminé corriéndome en su boca, como con el aceituno, mientras me pajeaba él esperaba con la boca abierta debajo, no duré más de dos minutos. Se lo tragó. Cuánto inconsciente.

-      ¿Con qué polvo te quedas, con el del otro día o conmigo? – le dije.
-      Bien que me miraste cuando pasabas andando con el chico aquel, ¿eh? El chaval tenía un culo muy tragón, pero tu estás más bueno y lo tienes más prieto. Te follaría mil veces – respondió.

Nos vestimos, dimos un apretón de manos y cada uno se fue por su lado. Yo tenía el culo dolorido, las cosas como son, así que al llegar a casa me bañé en la bañera durante largo rato. Nos volvimos a ver en alguna ocasión, pero no quise repetir. Si se tragaba lo mío, se tragaba lo de todos. Y aunque me echó un buen polvo, fue la primera y última vez.

P.D. ¡Feliz San Valentín!

4 comentarios:

  1. Me la meten de golpe, y se acabó el polvo.
    Es tanto el dolor que me produce que me duele hasta bastante rato después de haberla sacado.
    Diferente es que te yendo despacio te vaya doliendo. Ese dolor lo puedo reconducir y acabo sintiendo placer.
    Bueno... Y como te sentiste después? Colmó ese polvo tu sed de "venganza"?

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    1. Digamos que la calmó momentáneamente, pero en una relación como la que teníamos los tres, no era suficiente :)

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  2. joder macho, con la pedazo follada que te metió, por qué no repetísteis? no lo entiendo

    por qué se tragó tu corrida? y a ti qué más te da? mientras tú no lo hagas y te follen con condón, ningún problema, no?

    uf es que conmigo se tragan mi leche y me tienen ganado, es lo máximo jaja

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    1. Más que nada es por las circunstancias en que eché aquel polvo, no ya sólo porque se tragara la corrida, pero en aquel momento necesitaba tener excusas... De todas formas, solo volví a coincidir con el un par de veces más y tuve mejor plan ^_^

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