3 de abril de 2014

CAPÍTULO 64: UN SOSO Y UNA CASUALIDAD

Gracias al destino o a tocar madera, qué se yo, no os puedo contar demasiadas anécdotas como la que estáis a punto de leer. Y es que eso de que el mundo es un pañuelo es más cierto de lo que puede parecer. Para poneros un poco en situación os contaré que después de lo que me comí la cabeza con Óscar y su declaración de intenciones, me mudé a casa de Sergio a pasar una semana hasta que Óscar se fuera a Madrid y dejé las clases, quedando bastante mal con sus padres. Sus padres no sabían lo mío, pero los míos sí, y se olían algo, aunque nunca profundizamos en el tema. Lo que estaba claro es que no nos podíamos seguir viendo.

Continuando con toda normalidad, en un día bastante nublado y con el aire del levante soplando con intensidad, nos marchamos caminando a la caseta, aunque en vez de por la playa, lo hicimos por el hace no mucho estrenado carril bici, que discurre paralelo a la N-332. Aunque en días de sol te deshacías de calor yendo por ahí, en días como hoy era cómodo y más rápido. En media hora nos plantamos en la caseta y podemos decir que fue llegar y besar el santo. Un chico de unos 35 años se dirigió directamente a nosotros y se presentó como amigo de Niama, que le había contado mi aventura con él, enseñado una foto y dicho que follaba muy bien y que si nos apetecía podíamos pasar un buen rato. Este chico era español, decía llamarse Tony y si bien no era muy guapo y más bien tenía un tipo normal, tenía otros encantos ocultos. El chico estaba muy decidido, Sergio parecía encantado, y nos llevaba a una zona sin parar de hablar de sus gustos sexuales y de lo que le molaría hacer con nosotros. Era pasivo 100%, se le notaba un tanto animado no se si por el popper o alguna otra cosa, y nada más llegar se quitó los piratas vaqueros que llevaba y la camiseta. No llevaba ropa interior alguna. Tenía una polla apetecible y larga, tipo salchicha, pero lo que el quiso mostrarnos fue su principal baza: un auténtico culazo. Para mi el de Sergio era casi perfecto, pero este no se quedaba atrás. Se notaba que el tío lo tenía trabajado: nalgas prietas, redondas y duras:

- No os entretengáis mucho con trabajitos previos, que ya vengo preparado de casa... - dijo.

En ese momento abrió sus piernas y con una mano se separó el glúteo derecho dejándonos ver uno de los culos más dilatados que yo jamás haya visto, sin haberlo currado por adelantado. Además, su agujero era feo: estaba rodeado como de hemorroides o protuberancias fruto de haberse metido pollas u objetos bastante grandes. A Sergio, ver aquello, digamos, tan abierto, le dio mucho morbo, mientras que a mi se me bajó un poco la excitación. Tony, como Niama, quería que le folláramos a la vez, meterle los dos rabos, pero en una pinada donde ya de por sí para follar tienes que adoptar posturas no muy cómodas, intentar una doble penetración se hacía imposible (por tiempo, dedicación y espacio). 

- Bueno, pues os turnáis y me vais dando fuerte y sin contemplaciones, que es lo busco. ¿Cómo andáis de rabos? - dijo, a la vez que palpaba nuestros paquetes con su mano y nos la ponía dura. - Veo que no estáis mal dotados - dijo cuando la teníamos más o menos dura.

Mientras él buscaba una postura que le permitiera abrirse lo máximo posible, Sergio y yo nos enrollábamos para ponernos a tono. Sacamos un par de gomitas y Sergio empezó a darle metiéndosela de golpe y con fuerza. El tío no gimió, no hizo ningún sonido, simplemente le indicó a Sergio que "más fuerte tío", mientras su polla crecía y se pajeaba. Llegó mi turno e, imitando a Sergio, se la clavé de golpe y le bombeé con toda la rudeza de la que fui capaz sin conseguir arrancarle a Tony más que un ligero gemido. ¿No estaba sintiendo nada o qué? Cuando giré la cabeza vi que estábamos rodeados de 5 o 6 tíos que se pajeaban con ganas entre los árboles viendo la follada, entre esas cabezas me pareció ver una conocida, pero deseché la idea y seguí a lo mío. A mi aquello no me estaba gustando mucho, así que le cedí el testigo a Sergio mientras que le sobaba para no perder el calentón. Sergio estaba muy cachondo con aquella situación, con lo cual siguió dándole con ganas y por fin, tras un buen rato, Tony comenzó a gemir y, sin avisar, se corrió en el suelo. También era la primera vez que veía una lefada TAN líquida, que por un momento pensé que el tío se estaba meando. Sergio, que estaba a mil, siguió dándole hasta que terminó dentro de el, conmigo comiéndole el cuello por detrás y sobándole los pectorales. Tony se quedó en la misma posición y me inquirió a que yo también podía terminar, que el tenía aguante. Pero pasé. La verdad es que a mi me excitaba más bien poco, así que Tony se vistió, nos dio un papel con su número y nos invitó a su casa un día "para que me apretéis bien a la vez". De los 5 o 6 tíos que había entre los árboles, quedaban un par de ellos, el de la cara familiar entre otros. Cuando Sergio y yo nos empezamos a vestir, se marcharon y al clavar mi mirada en el que me seguía sonando familiar, el tío se marchó deprisa en dirección a la caseta.

Le dije a Sergio que tenía que hacer una cosa y que si tardaba que esperara en el bar de la playa. Cogiendo un atajo, corrí entre los pinos y salí al otro lado de la caseta justo para toparme cara a cara con ese tío que nos miraba.

Paco. No daba crédito. Paco era compañero de mi padre en la oficina, llevaban trabajando juntos por lo menos 15 años y era habitual en Navidad que pasara con su mujer e hija por mi casa de Madrid a cenar. Paco era el típico hombre que con sus 42 años y posiblemente por un matrimonio infeliz que no se atrevía a disolver, se había dejado físicamente hablando: medio calvo, con ropas que le daban más años y una cierta barriguita cervecera. En otros tiempos debió ser bastante apuesto y aún guardaba una sonrisa picarona de aquellos años mozos. 

Sus ojos se clavaron en los míos con mirada de estupefacción y sorpresa, hasta que por fin se arrancó y medio titubeando me dijo que estaba dando un paseo por la pinada porque se respiraba muy bien. 

- ¡Venga ya Paco! ¡No me jodas! ¡Si te la has estado cascando mientras nos follábamos al tipo ese! - le espeté.
- Marquitos, no sabía que eras un mariconazo de los buenos... - contestó.
- Ni yo que venías a estos sitios a hacerte una paja viendo al hijo de tu compañero de curro. ¿Lo sabe Casilda? - respondí. 

Zas. No lo vi venir. Me arreó un puñetazo en la cara, no muy fuerte, ya que ni me hizo sangre ni me magulló, pero lo suficiente para cabrearme: "mira, no quieras que te lo devuelva porque te destrozo la cara y no te reconoce ni tu hija", le dije. (Sí, tengo mi punto agresivo con las peleas...)

Y se derrumbó. Comenzó a llorar y a balbucear que no podía decir nada, que no le podía arruinar la vida y tal. Así que le tranquilicé y me lo llevé de allí, ya que todos los hombres que había por allí nos miraban y había alguno con el móvil en la mano... Fuimos a una estancia sombreada de pinos alejada y hablamos. Paco había descubierto una parte de su sexualidad pasados los 30, cuando empezó a pedirle a su mujer que mientras lo hacían jugara con su dedo en el culo, de dedos pasaron a consoladores hasta que su relación sexual se acabó resintiendo por falta de pasión entre ambos. Me dijo que no era la primera vez que me veía follando, que había intentado desahogarse con chats y sesiones de cam vía Skype, pero que cada vez le era más difícil y menos excitante. Y que viniendo aquí cada cierto tiempo a mirar y cascarse una paja, le daba suficiente vigor para contentar a su mujer y "cumplir" cada 15 o 20 días. Solía veranear cada año en un sitio distinto, pero él siempre buscaba lugares que tuvieran un sitio de cruising cerca donde poder escaparse.

Pareció serenarse un poco y fue bastante cabal en sus explicaciones y sus disculpas por el puñetazo, así que, como para hacer las paces, le di un abrazo diciéndole que contaba con mi total discreción. Pues se ve que ese abrazo significó para el otra cosa, ya que me metió la mano por debajo del bañador y empezó a sobarme el paquete...

- Paco... ¿qué coño haces? - le dije.
- Anda Marcos... déjame disfrutar un poco de tu polla y tu cuerpo, que a mi edad y en mi situación personal no es fácil, me gustaría tanto chupártela... - contestó mientras se iba poniendo de rodillas.

Por un momento pasó por mi cabeza dejarme hacer, hacerle feliz por un rato y de paso descargar, pero cuando se metió mi polla en su boca  y noté su cálida lengua en mi capullo, le aparté de un empujón. 

- Marcos, puedo pagarte... ya sabes que cobro lo mismo que tu padre y podría ser muy generoso... - se ofreció.

Imagino que había visto muchas pelis o que ya se la habría chupado a alguno ofreciéndole dinero. Así que le dije que no lo estropeara más, que se fuera a casa y que aquí no había pasado nada. Y así se marchó, no volvimos a vernos ni volvió a casa en las posteriores navidades, excusándose por motivos familiares. Hay otra anécdota con Paco que os contaré más adelante... y como decía al principio este tipo de coincidencias son bastante incómodas, me han pasado hasta ahora 2 veces más: una en Alicante y otra en Madrid.

¿Tenéis alguna historia de este tipo de casualidades parecida? ¡Contadme!




13 comentarios:

  1. Yo una vez en una sala X, q existian entonces, con justo 18 años, q todos los q estabamos alli, estabamos a lo mismo, bufff cuantas veces me comieron el rabo alli, me encontre con mi vecino de arriba, en los baños del cine jartandose de pollas.
    El esposo perfecto, padre de tres hijos, pero le iban mucho los rabos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues con un vecino al que tienes que ver todos los días, se pueden producir momentos incómodos tipo ascensor y tal, no?

      Eliminar
  2. Yo en su día en una discoteca de Valencia con cuarto oscuro, en unos sofás que tenia esta sala con teles con porno, vi a dos profesores míos de la E.S.O dándose el lote. Fue extraño ir días después a recoger a mi hermano y que me reconocieran.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿A dos profes tíos del mismo colegio? Eso si que es heavy... :P

      Eliminar
    2. Y tan heavy que fue, lo peor fue verles después en el instituto, aunque tiempo después volví a ver a uno de ellos de fiesta y como si no me reconociera, así que mejor la verdad, seria bastante incomodo que me saludara.

      Eliminar
  3. No soy mucho de follar, prefiero que me follen, pero cuando lo hago tiene que ser un culito que realmente me guste. Y muy seguramente me hubiera ocurrido lo mismo que a tí, al encontrarme con ese, y mi actitud hubiera sido la misma; no fastidiar el encuentro por mi amigo, pero no implicarme demasiado.
    Encuentros con alguien del entorno en un lugar de ambiente ha ocurrido muy pocas veces y sin consecuencia alguna.
    En dos ocasiones me encontré a con alguien del trabajo (bueno, uno ya era excompañero) y no me sorprendió en ninguno de los casos, pues ya me imaginaba que les iba el asunto. Un par de palabras, saludo, y ya está.
    Sin embargo, tengo un compañero actual en el curro, ya desde hace un montón de años, que me constaba que lo habian visto repetidas veces en un bar de ambiente y yo no daba crédito. La persona que me lo decía era un excompañero suyo de su anterior trabajo, muy amigo mío por aquel entonces, Este vinculo era (y es todavia) desconocido por el afectado.
    El caso es que acabé creyéndomelo cuando fui yo el que lo vi. Él no me vió.
    La cuestión está en que esa divorciado, con un hijo, y su fama muy currada en el trabajo es la de hipermujeriego y baboso con las tias hasta la médula, con algún rollo femenino conocido en el propio curro.
    Sin embargo, su faceta "bi" sigue estando totalmente oculta.
    Y no voy a ser yo quien la revele.

    ResponderEliminar
  4. Lo que me sorprende es la reacción de Paco, al darte el puñetazo. Supongo que se vería acorralado, descubierto y asustado
    Yo no sé como hubiera reaccionado al puñetazo. Apenas soy agresivo.
    Aunque muy posiblemente, tras recuperarme de la sorpresa hubieramos acabado hablando y quitandole hierro al asunto.
    Lo que me parece curioso, es ese intento de aprovecharse de ti, incluso llegando a ofrecerte dinero.
    Cosa que no juzgo, ni siquiera si lo hubieras aceptado.
    Pero esa relación que hizo en su cerebrito tio, joven, conocido, amigo, "mariconazo", complice, coleguismo, sexo, pago... es preocupante.

    Le hubiera metido mano, ofrecido sexo y dinero, si en vez de ser tú en que lo pillas, hubiera sido una amigA suya?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pff la verdad es que es complicado... el puñetazo fue producto, como dices, de sentirse acorralado y con un punto de ira... luego se derrumbó como un osito... Tampoco soy agresivo, pero esas situaciones hacen que se me dispare la adrenalina y si que saco un poco más de mi lado barriobajero, qué le vamos a hacer. Lo del dinero, como supe bastante después, lo hacía en sus inicios, pagaba a veinteañeros que se dejaran hacer de cuando en cuando..
      ¿Si hubiera sido una amigA? No, ni de coña lo habría hecho.

      Eliminar
  5. Markitos macho, wena entrada :P La verdad es k hiciste bien en no aceptar nada x dinero y tuviste bastante paciencia cuando te metio el puño tio. Llego a ser yo y le parto la cara a ese gilipoyas jaja tio, me pone mu burro tu lado agresivo jajjjajajajaja joer tio k ganas d foyarte con el morbo k me das :P tienes unos poyazos en to el ojete flipantes jajhajaja cuidate jefe!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La cosa es que siendo el compañero de trabajo de tu padre desde hace años... era complicado partirle la cara, además que tampoco me gusta llegar a esos extremos nunca, intento evitar el conflicto, aunque hay veces que es imposible tío.

      Eliminar
  6. puessss yo me he encotnrado a amigos de mis alumnos jajaja es una mierda eso de ser profe y tener q estar "escondido" jaja. por cierto, ete finde voy x madrid jeje staria bien vernos, ya q em se casi tu vida de memoria! :P

    ResponderEliminar
  7. Voy a compartir la experiencia desde el punto de vista contrario...de entrada, decir que cada día me asombra más la cantidad de tios bisexuales casados que hay por el mundo escondiéndose de su condición a sus familias y parejas.

    En mi caso también descubrí mi punto bi poco a poco... más como un experimento que otra cosa, pero en lugar de mantenerlo callado lo compartí con mi pareja. De hecho tenemos la suerte de ser pareja abierta y ella también ha descubierto su bisexualidad (aun más acusada que la mía). En lugar de reprimirlo y esconderlo cada uno decidimos darnos la oportunidad a cada uno de vivirlo.

    Creo que poderlo vivir de manera natural nos ha permitido a cada uno poner la fantasía en su sitio y darle su justa medida... creo que si la viviéramos de forma reprimida seríamos un mar de dudas sobre nuestros propios sentimientos y emociones, e incluso sobre nuestra condición sexual. Cuanto más se reprimen las fantasías sexuales más ayudamos a que crezcan. Estoy seguro que si Paco las hubiera llevado de forma natural no llevaria la cabeza tan llena de tonterías. Y eso vale para muchos.

    En general en los hombres el rollo bisexual se lleva muy muy mal. Paco me produce mucha lástima, porque puede que sea un buen tipo, pero vivir con todo eso a cuestas y sin poderlo compartir con quien te importa, te vuelve un ser enjaulado y un cretino emocional. Me asusta pensar que yo mismode no haber optado por la sinceridad hubiera podido acabar igual.

    ResponderEliminar
  8. Hola :
    Estuve de viaje. Leerme todo lo de Oscar de golpe fue fantástico , me calentó un montón .
    Lo que no entiendo fue tu reacción con el . Cuando yo conté mi primera vez (En el Peque) en el colegio, cuando me rompieron el ojete, yo estaba totalmente enamorado, claro, pero no quería hacer la del novio. Ponía música , lo besaba, le comía la pija, le abría el culo y a veces todos los días.
    Después yo salía o hacia la mía y él la suya. Duro 15 años y cada cual hizo lo que se le cantó. Que cogíamos (follabamos) era lo normal.
    Con respecto a los bi, aquí en Buenos Aires tenemos locales con glory hole que les gusta a los bi, una vez chupé una verga fantástica y cuando salí de la cabina , salió el otro también .Era un profesor que una semana después me tomaba examen , fui a darlo temblando, casi no voy. Cuando llegué me hizo dos preguntas y me puso la nota más alta.
    Osvaldo

    ResponderEliminar