17 de marzo de 2014

CAPÍTULO 60: LOS INTENTOS CON RICHO

Con la confianza de los tres amigos recuperada y las cosas de nuevo yendo viento en popa, tocaba devolver nuestras salidas de cruising a la normalidad. Nada mejor para conseguirlo que un poco de rutina: cena en un restaurante chino de uno de los paseos principales del pueblo, un poco de sangría y unos chupitos de distintos licores para animarnos, bajarnos a la playa y poner rumbo a La Caseta. Tenía su magia ir de noche hasta allí: en la parte de playa que iba en paralelo al pueblo siempre había chavales haciendo botellón o parejas dándose mimos, después llegaba la zona de los pescadores que siempre nos miraban y cuchicheaban a nuestras espaldas, después llegaba la zona del camping que estaba más bien vacía de gente y al final ya llegabas a los chiringuitos del Gran Hotel, a su bullicio, para dejarlo atrás y 600 metros después coger la rampa de madera y poner camino a la caseta. Por aquí ya no te encontrabas a nadie a estas horas de la noche. Quizá a alguna persona de las urbanizaciones paseando al perro por pinada, alguna pareja haciendo sus cosas, pero poco más, hasta que subías al mirador de La Caseta y ya empezaba el movimiento.

Aquella noche había una luna enorme que facilitaba bastante la nula visibilidad que suele haber de noche en la caseta: bastantes coches, bastantes personas merodeando, algunos con el móvil, otros con linterna... Dani se perdió enseguida siguiendo a un chaval con el que ya había estado en alguna ocasión. Sergio y yo esperamos hasta que apareció el en su Renault Megane Coupé amarillo. Nos sonaba de haberle visto en Grindr alguna vez, sí, era él: un chico de estatura normal, un poco bajito incluso, de sus 35-40 años, pero con un aspecto muy juvenil, ropa juvenil, pelo de punta y actitud de machote. Todo lo que nos daba morbo. Si algo de raro había en él era que siempre mandaba fotos de pectorales para arriba, nunca para abajo. Y sí, tenía buenos brazos, pectorales marcados, una cara de facciones duras, pero el defecto que nos tiraba un poco para atrás era su tripa. Nunca había visto a un chico con los pectorales tan marcados y una tripa sin marcar, al revés, con ciertas lorzas. Era curioso. Pero aún así nos atraía. 

Richo, por su nick en Grindr que era muy similar, siempre iba con el móvil en la mano, se metía al coche, volvía a salir... Cruzamos algunas miradas, nos hicimos buenos repasos, nos seguimos, pero... no fructificó. Al rato cogió y se marchó. Así que esperamos a Dani, que había echado un polvo normalito, y cogimos el recién estrenado carril bici que va en paralelo a la carretera nacional para volver a casa; de esta forma se tardaba menos que por la playa y era más seguro. 

Al día siguiente me fui con Sergio a la playa gay y, por casualidad, en el bosquecillo donde hay cruising coincidimos con Richo. Con plena luz nos seguía poniendo burros, así que volvimos a repetir tonteo. Parecía que esa tarde tenía más tiempo y llegado un momento en un sitio no tan visible, nos miró y se bajó el bañador quedándose desnudo. Tenía un culazo impresionante y una polla más bien normalita, nos acercamos, le toqué el culo con ganas y nos dijo que nos la quería chupar. Ese día a su pinta de machote se añadía un cordón de oro al cuello que ya me terminó de poner burro. Clavó las rodillas en la arena y nos bajó el bañador. No la teníamos dura aún, pero se las fue metiendo en la boca y no hubo que esperar mucho para tenerlas como una estaca que Richo se iba pasando por la boca. Nos dijo que quería que le folláramos la boca a saco, así que le cogí de la cabeza, se la sujeté y empecé a follársela como si de un culo se tratara. El chico tenía buenas tragaderas, así que Sergio y yo nos turnábamos su cabeza y le follábamos la boca con ganas, mientras Richo se pajeaba. Cuando se comía la polla de Sergio yo me agachaba y le metía un dedo en el culo, que tenía tenso, ya que me apetecía bastante darle una buena follada... pero debe ser que él no estaba por la labor, ya que a mi segundo intento nos dijo: "Tíos quiero que os corráis en mi cara, correos en mi cara a la vez".

Le seguimos follando la boca un rato, hasta que ya nos quedó poco y empezamos a pajearnos cerca de su cara a la par que él sacaba la lengua y se pajeaba con más ganas. Primero fue Sergio quien le soltó un chorro de leche que le dio en la frente y en la nariz, después fui yo que acerté a su lengua, barbilla y pectorales. Y después Richo echó una abundante corrida líquida en el suelo. Nos limpiamos y la cosa no fue a más. Un tío bastante sosainas, para lo que esperaba de él. La chupaba muy bien, sí, pero esperaba un poco más de interacción por su parte... Por lo visto el tío estaba casado y tenía crios, y siempre que podía se escapaba de Madrid para pasar allí tiempo, con o sin la familia. Nos volvimos a encontrar varias veces más, por no decir siempre, en casi cualquier época del año, ya que Richo era todo un clásico. Intentamos comerle la polla o hacer alguna follada, pero siempre nos decía que nos la quería chupar. Así que en alguna otra ocasión le volvimos a dar biberón en La Caseta, tanto yo, como Dani y Sergio. Para más inri resultó ser amigo de mamarracha, incluso los vimos varias veces hablando y demás, pero visto lo visto, repetimos un par de veces y no más. No nos extrañó que fueran amigos, aunque al menos Richo tenía cierta iniciativa. No estuvo mal, pero esperábamos más.

3 comentarios:

  1. Hola :
    Yo ya me acostumbre, tipo que muestra pectorales para arriba y esquiva pija y culo, solo te la mama.
    A mi me llego a pasar con un morochazo bien masculino, que se me prendía a verga y por mas que le metiera los dedos en el culo o le pajeara una pija muy linda, se quedaba como si nada. Cuando empezaba a acabar, se sacaba mi pija de su boca , me seguía pajeando mientras se mojaba todo.
    Si aguantas estos mamones, la podes pasar muy bien
    Saludos
    Osvaldo

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  2. Crearse muchas espectativas de alguien, es llevarse un chasco seguro.
    Pero claro, es casi inevitable ilusionarse e imaginar mil cosas.
    Las fantasías siempre suelen ser perfectas, pero las decepciones de vuelven a la dura realidad.
    Cada uno es como es, y sus circunstancias, y lo mejor es disfrutar de las posibilidades de ofrezca cada uno.

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