10 de marzo de 2014

CAPÍTULO 58: LA PAREJA DE MADRID / NÉSTOR Y AITOR



Poco a poco las cosas entre los tres volvieron a su más absoluta normalidad, culminando esta normalidad el día en que Sergio me propuso recuperar nuestra tradición de ir de cruising juntos. Una tarde especialmente calurosa, con un sol apretando bastante, nos dirigimos paseando por la playa hasta la caseta. Antes de subir, nos dimos un baño, tomamos un poquito aquel sol abrasador y una vez secos subimos arriba. El sol estaba ya un poco más bajo, pero seguía abrasando, aquello parecía un auténtico secarral. No había mucha gente, pero ya desde abajo se percibía movimiento de figuras moviéndose entre los pinos buscando tema. Cuando llegamos arriba, dimos una rápida vuelta por los pasillos de arbustos y nos refugiamos en la sombra de la caseta. Entonces nos fijamos en ellos, no era la primera vez que los veíamos, de hecho desde hacía un año era bastante común verles por la caseta e incluso en la playa gay, ya que a menudo coincidíamos con ellos para volver al pueblo en el bus de línea.

A pesar de que nos habíamos visto, como ya digo, nunca había surgido nada, quizá porque surgían otros planes antes de intentarlo con ellos, no se. El caso es que allí estaban, apoyados en la pared de la caseta, con sus móviles en la mano y sus mochilas a la espalda. Eran dos tíos de ventitantos, normaletes. Ambos eran altos y fuertes, Néstor era más rubio, con cuerpo normal y cara aniñada; Aitor era más fuertote, un poco gordito, facciones duras, pelo pincho y morenazo. Nos parecieron guapetes, pero nada del otro mundo para ponernos a follar como locos. No nos decidimos, pero no hizo falta, ya que en uno de nuestros paseos hasta la pinada nos empezaron a seguir. Nosotros sí les habíamos molado lo suficiente para intentarlo. A drede, les tuvimos un rato dando vueltas y los dirigimos a un lugar un poco más discreto, aceleramos el paso para crear un poco de distancia, y al llegar al sitio, Sergio y yo nos empezamos a enrollar. A los 30 segundos aparecieron y al vernos quisieron darse la vuelta e irse, pero les hice un gesto para que se acercaran:

- ¿Qué buscáis? - preguntó Néstor, que parecía más lanzado.

Una pregunta un tanto típica, pero en un sitio de cruising, no puede haber otra pregunta más directa:

- Pasar un rato de morbazo, ¿y vosotros? - pregunté.
- Comerles el rabo a un par de chulazos como vosotros - dijo Néstor.

Sergio y yo nos miramos y nos bajamos el bañador sacando nuestras pollas que ya estaban bastante animadas. La cara de los dos chavales fue de sorpresa y deseo y tardaron una facción de segundo en acercarse, clavar las rodillas en el suelo y empezar a mamarnos las pollas. Néstor conmigo y Aitor con Sergio, después se turnaban y, además, guardaban un as en la manga: lo hacían a dúo. Mientras Aitor cogió mi polla y se la metió en la boca del tirón, Néstor metió su cabeza y empezó a comerme los huevos y, para colmo, Sergio empezó a besarme el cuello, todo ello con la mano de Aitor pajeándole. Nos quitamos las camisetas y empezaron a sobarnos el torso y a comernos los pectorales de forma muy sensual, mientras volvían de nuevo a las pollas. Ambos la mamaban muy bien, sobre todo Aitor, que tan siquiera ponía cara de sufrimiento cuando se comía la polla entera, de capullo a base sin pestañear. Néstor no paraba de pasarme la mano por los abdominales mientras me la chupaba y me estaba poniendo muy caliente... Sergio y yo nos agarramos y les pusimos a los dos a comernos la polla de nuevo, mientras nosotros nos besábamos. Les avisamos de que nos íbamos a correr y nos pidieron que lo hiciéramos en su pecho, así que cuando nos quedaba poco, les avisamos y con un buen trabajo manual consiguieron exprimir nuestra leche en sus torsos con una cara de satisfacción brutal. 

Se pusieron de pie, se limpiaron y pudimos ver que estaban totalmente empalmados debajo de sus bañadores, fui a echar mano del paquete de Néstor, pero no quisieron seguir. Nos ofrecieron unas coca colas frías que llevaban en las mochilas, nos sentamos en una toalla y estuvimos un rato conociéndonos.

Néstor y Aitor eran una pareja que llevaba la tira de años juntos, no desde la adolescencia pero casi. Se veía una complicidad y una ternura en sus miradas que era muy envidiable, entonces, tras un rato de hablar y fijándome en sus anillos y esclavas, la pregunta fue evidente:

- ¿Por qué hacéis esto? - dije.
- Pues porque dentro de unos años no querremos arrepentirnos de no habernos liado con un par de chavales como vosotros: guapos, cachas y encima con unos buenos rabos. Todo lo que hacemos, que tampoco es mucho, lo hacemos juntos, y al veros, pues había que intentarlo - dijo Aitor sonriendo.

Seguimos hablando durante rato y conocían a bastantes tipos de los que os he hablado en el blog, fue curioso compartir motes y experiencias de las mismas personas y ver cómo coincidíamos en la mayoría. Intercambiamos números de teléfono y quedamos en ir a la playa gay juntos al fin de semana siguiente

6 comentarios:

  1. Me alegro que todo vuelva a su cauce.. El trío! No sé si es cronológico lo que cuentas pero..Puede ser que Sergio se lo montase con Dani a solas porque le sentase mal cuando te pillaron con el negro?

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    1. Claro que vuelve a su cauce jeje. Normalmente lo que cuento es cronológico, a veces no, pero suelo indicarlo en la entrada si no es así. A modo de venganza, sí... pudo ser, lo cierto es que no hablamos más del tema, aunque las andanzas en solitario y en grupo volvieron a repetirse.

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  2. Desde luego que el sexo grupal tiene mucho morbo cuando todos participan más o menos de todos, pero cuando hay dos en medio que se conocen, por un lado se corre el riesgo reconduzcan la situación marginando a uno del grupo.
    Aunque en este caso la cosa estaba equiparada pues erais 2 + 2, o 2 + (1+1), que finalmente sumó 4.
    La primera vez que me lié con una pareja de novios, a luz vista,sin sombras ni cuartos oscuros de por medio, fue curiosamente en el bar Leather, que creo que ya no existe como tal, de Madrid. No estuvo nada mal, y esa complicidad y conexión entre ambos aumentó el morbo. Acabamos en su apartamento en el barrio de Lavapiés.

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    1. El Leather es un tanto mítico, pero no se decirte si sigue existiendo o no... Ya sabes que no me muevo mucho por el mundo de las saunas y el ambiente de un tiempo a esta parte. Estos tíos fueron encantadores, ya os contaré más adelante porque repetimos con ellos. En general, con las parejas con las que he estado han respondido bien, a pesar de que como dices la complicidad entre ellos siempre es obvia, pero efectivamente, esto no tiene por qué resultar un dato negativo.

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  3. Yo a estos que dices de madrid los conozco de la caseta, llevan dos o tres años pasando por allí y les he visto comiendose buenas pollas a los cabrones, se pasan alli muchas tardes

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    1. No me extraña lo que cuentas, tienen unas bocas y hacen unas mamadas a dúo que merecen mucho la pena :P

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