6 de febrero de 2016

CAPÍTULO 143: FRENCH CONNECTION

Por lo general, el mundo del cruising es a menudo tachado de superficial, peligroso, frívolo, vacío e insustancial. Quienes le ponen estos adjetivos son en su mayoría personas que hablan desde la distancia de lo desconocido, independientemente de su sexualidad, y además añaden calificativos a las personas que lo practican que van desde sucios, guarros, obscenos, viciosos hasta otros mucho más fuertes. Insisto, siempre hablando desde la barrera, o al menos en la mayoría de los casos. Sin embargo, siempre me he planteado la siguiente reflexión: ¿cuál es la diferencia entre practicar sexo con un desconocido que conoces en una discoteca en una noche de juerga y practicar sexo con un desconocido que conoces en un área alejada de sexo? ¿Que una está al aire libre y la otra a cubierto? ¿Es que no estamos hablando de lo mismo? Pues parece que esto no entra en la cabeza de muchas personas. En los casos que conozco, los lugares de cancaneo que ilustran nuestras aventuras ocurren en lugares al aire libre, sí, pero alejados y discretos de la civilización. Vamos que, por ejemplo, en la pinada del Rebollo no van a pasar familias ni niños jugando accidentalmente, no existe esa posibilidad, no se molesta a nadie. 

Lo cierto es que, a pesar de mis firmes convicciones al respecto, hace mucho tiempo que decidí dejar de compartir mis experiencias sexuales con mis amigos (de todo tipo, heteros y gays). Me di cuenta hace muchos años que si venía uno de mis mejores amigos y contaba delante del grupo que se lo había hecho con dos chicas en un portal de Huertas saliendo de marcha, las reacciones de los demás eran de cierto asombro positivo y ánimo al respecto. Ahora, si yo contaba que el fin de semana pasado había ido al Cerro de los Ángeles y me lo había hecho con un tío en la caseta abandonada, las miradas eran de cierto recelo y el tema se cambiaba bastante pronto. Y con mis amigos gays era incluso peor. En general, no se entiende que te guste ir de cruising. Las críticas no tardan en aparecer y la opinión sobre uno mismo cambia. Pero como a mí eso siempre me ha importado tres narices, no he cambiado mi forma de ser, ni mis sitios de ligar por lo que puedan pensar los demás.

En ocasiones, como la que hoy nos ocupa, es una pena no poder compartir experiencias que son a la vez morbosas y bonitas. Yendo de cruising se conoce mucha gente interesante: desde aquellos con los echas un polvo fugaz y no los vuelves a ver, pasando por los que quieren repetir y culminando con auténticas amistades y compañeros de viaje. Eso fue justo lo que nos pasó con Cédric y Gérard. 

Normalmente, en la pinada del Rebollo la mayoría de las personas estamos caminando tranquilamente de un lugar a otro viendo qué se cuece, intercambiando miradas, buscando nuestro prototipo, sentándonos de cuando en cuando... También hay personas que aprovechan para extender su toalla y pasar allí la tarde o la mañana, en lugar de hacerlo en la playa. Nosotros solo solemos ponernos con las toallas dentro fuera de verano, porque en los meses fuertes de verano el calor resulta insoportable para pasarte allí dentro toda una tarde o toda una mañana. Ese día, caminando, nos dimos cuenta de que había cierto agrupamiento en torno a un punto en la parte exterior de la zona de afluencia, la más cercana a la playa pero aún cubierta por los bajos pinos. Vimos a un par de chicos de piel blanquecina y aspecto extranjero que estaban desnudos, apoyados en una rama con sus toallas a los pies, meneándose dos buenas pollas en estado morcillón. Algún tío se animaba y se acercaba a tocarles, otros simplemente miraban, con alguno se enrollaban y se ponía de rodillas para hacer otro tipo de favores... Hasta el momento en que nuestras miradas se cruzaron. Hubo como un flash, como una chispa, algo que hizo 'click' dentro de nuestras mentes. Nos quedamos mirándonos los cuatro, se dibujó una sonrisa en nuestras caras y entendimos que se había producido una conexión. Algo así como un flechazo sexual a primera vista. Sin embargo, ellos estaban dando polla a un chaval que mamaba con rapidez y nosotros seguimos nuestro camino.

Unos minutos después, dada nuestra poco fructífera búsqueda, volvimos a pasar por allí y esta vez la pareja estaba sola. Ambos tendrían más de 35, pero menos de 40. Uno de ellos, el que más me atraía, era alto, con barba muy recortada, delgado, varonil, atractivo y con la polla gorda y de buen tamaño. El otro era algo más bajito, castaño claro casi rubio, piel más blanquecina, delgado pero fibrado, menos guapete, polla delgada pero más larga y buen culo redondo. Nos paramos delante de ellos, nos sonrieron (sobre todo el rubio) y se dirigieron a nosotros es un incomprensible francés. Mira que me han gustado los idiomas siempre, pero lo mío con el francés como idioma es una historia de amor y odio. Sin embargo, a Sergio se le daba bien y se puso a charlar con el rubiete, mientras yo me acercaba al más alto, que hablaba un español bastante decente, lo suficiente para poder comunicarnos. No hablamos mucho porque enseguida me empezó a sobar sensualmente el torso y yo no tardé mucho en bajar mi mano a su polla, cogerla como quien va a ordeñar y masajearla hasta que la tuvo muy dura. Para ese momento ya nos estábamos comiendo las bocas, tenía el bañador en los tobillos y lo mismo hacía Sergio con el rubiete

Extendimos nuestras toallas al lado de las suyas y los cuatro, bastante apretados, nos tumbamos juntos: Sergio y yo de espaldas y boca arriba y nuestros amigos franceses encima nuestra haciéndonos un 69. Estaban en una buena zona porque era totalmente arenosa y cobijada a la sombra, pero era de las menos discretas del lugar. Y, claro, cuatro tíos dándolo todo en un día clave como aquel significaba tener muchas miradas, tanto que cuando abrí los ojos aprovechando que le estaba comiendo los huevos, vi un enorme círculo de personas y pollas erectas a nuestro alrededor. Me sorprendió ver por allí a parejas a las que nunca antes había visto hacer nada más que andar y a hombres de todas las edades pajeándose con la escena. No me importó y seguimos a lo nuestro. Quise tantear el culo de mi francés, pero no me dejó y en su lugar intercambiamos la posición, estando ahora yo arriba con mi culo en su cara y siendo él quien me comía el culo y me hacía dedos mientras yo seguía amorrado a su pollón, que casi no me cabía en la boca. Cuando dejaba de hacerme dedos para meterme su húmeda lengua, aprovechaba y me pajeaba lentamente con su mano libre. En el caso de Sergio y el rubiete, era el francés quien estaba mamando la polla de Sergio como quien se toma un biberón que no quiere soltar. Empecé a sonreír al rubio y mi francés me puso a cuatro patas, colocándose detrás mía, siguió comiéndome el culo, mientras el rubio me daba polla por la boca y Sergio se colocaba debajo de mí para chupármela. La mezcla de sensaciones que tuve en aquel momento fue indescriptible: la lengua de mi francés en mi culo, la polla del otro francés en mi boca y la boca de Sergio en mi polla. Claro, así pasó, que se me saltaron las lágrimas de puro placer justo en el momento en el que le llené a Sergio la boca de leche. El pobre, al estar tumbado boca arriba como un mecánico que revisa los bajos de un coche, se atragantó al recibir toda mi leche y al toser, salió despedida a las toallas. Esto, debió poner tan cachondo al francesito rubio que me daba polla por la boca, que se la sacó y, pidiendo permiso muy educadamente, se corrió en mi cara con una breve paja. Me limpié rápidamente, me di la vuelta poniéndome de rodillas, tumbé boca arriba al francés que me había estado comiendo el culo y le hice una mamada aprentándole sus cojones con mi mano libre hasta que se corrió, también, con una paja hecha con mi mano derecha que duró poco menos de diez segundos. Para entonces el círculo de mirones a nuestro alrededor ya se había disipado casi por completo.




Sacaron unas toallitas húmedas con las que nos limpiamos y nos invitaron a quedarnos con ellos allí, tumbados en las toallas de charla. La conversación era difícil, pero fluida, porque Sergio me tenía que traducir muchas cosas y después traducir lo que yo quería decir. Con Cédric, el alto varonil, era fácil porque su español era bueno, pero es que Gérard no sabía decir poco más que "hola", "adiós" y "por favor". Y como quien no quiere la cosa nos tiramos allí de charla hasta que el sol se puso y nos tocó recoger para volver con luz al aparcamiento. Ambos eran de un conocido barrio de París, más o menos tenían sus profesiones encauzadas y eran varoniles, sin apenas pluma (por no decir nada). Gérard era muy cariñoso: nos abrazaba y besaba constantemente, nunca he conocido a nadie tan mimoso yendo de cruising, era puro amor. Hasta tal punto de que cuando follabas con él te miraba con esa cara de enamorado que solo te mira tu pareja, lo que incluso resultaba un poco incómodo. Cédric era mucho más despegado en ese sentido, muy amable y conversador, pero despegado. 

Aquella era su única semana de vacaciones por allí. Nos comentaron que habían estado por la zona hacía muchos años y que notaban un bajón de gente joven considerable. Les apasionaba el mundo nudista, de hecho sus vacaciones de verano anuales consistían en visitar lugares nudistas de Europa, como la Playa del Rebollo en aquel año. Repetimos pajas, mamadas, magreos y morreos todos y cada uno de los días que estuvieron allí, dando espectáculo en la pinada porque a los franceses les daba morbo ser vistos. Y a nosotros eso nos daba igual, ni nos excitaba más, ni nos molestaba. El último día fue, sin duda, el más especial. 

Durante la semana parecía que tenían cierta reticencia a follar. No les importaba hacer cualquier otra práctica, pero no se animaban a decir la palabra. Y no sería porque no habláramos. A pesar de que me encantaba cómo Cédric me comía el culo y sentir sus gruesos dedos dentro de mí, ya tenía ganas de que me follara bien follado. Mi lado pasivo solía despertarse con tíos como él. Así que el último día antes de su marcha los llevamos a un lugar más apartado de la pinada, donde apenas pasaba gente. Hicimos nuestra particular 'cama' de 4 toallas juntas, nos desnudamos y tras una serie de mamadas y pajas entre 4, de sudor que caía por nuestras pieles le dije a Cédric que quería que me follara. Y Sergio le dijo a Gérard lo mismo. Gérard era más pasivo, pero accedió a follarle. Sergio y yo nos colocamos lado a lado a cuatro patas en las toallas, mientras nuestros chicos franceses nos comían los culos con auténtico fervor. Sacaron un par de condones de una marca que no había visto en mi vida, se lo colocaron y empezaron a introducir sus miembros en nuestros culos. Gérard ya estaba dándole caña a Sergio, mientras Cédric hacía esfuerzos por tratar de meterme su gruesa polla. Necesité muchísima saliva y paciencia (nos olvidamos el lubricante) para que me metiera todo su capullo dentro y, una vez lo tuve dentro y sentía escozor, empecé a pajearme y con un golpe de cadera absorbí todo su rabo dentro. Hacía tiempo que no me dolía tanto, pero tras minutos y minutos de saliva, dedos y paciencia, ya tocaba dar un golpe de efecto. Ese movimiento de cadera debió de poner bien cachondo a Cédric, que se animó a follarme con suavidad y normalidad hasta que mi culo, por fin, se acostumbró a aquel grosor y pudo aguantar un ritmo superior. Cédric me agarraba con una de sus manos por el cuello forzándome a levantar levemente mi espalda porque le ponía cachondo que se me marcaran los músculos de la parte inmediatamente inferior al cuello. Me caía el sudor a raudales  justo cuando Gérard y Sergio terminaron su polvo, pero lo cierto es que no pude prestarles mucha atención. Cédric avisó de que le quedaba poco para correrse y decidí cambiar de posición. Le tumbé boca arriba y me senté en su polla para controlar la situación, para cabalgarle y marcar el ritmo. El pobre Cédric ya ponía los ojos en blanco de placer, así que aceleré la marcha y le dije que me pajeara. Nos corrimos casi a la vez, primero él eyaculando dentro de mi culo (con el condón) y después yo al sentir como algo caliente (su leche) inundaba aquel protector de plástico dentro de mi culo. Mi corrida le llegó hasta la barbilla, siendo la más abundante de toda la semana. 

Tras limpiarnos de nuevo, nos tumbamos allí los 4, cuerpo a cuerpo: Cédric, un servidor, Gérard y Sergio. Mientras hablábamos y contemplábamos el cielo azul, volvíamos a morreranos entre nosotros, ésta vez de una forma menos desenfrenada y algo más pasional. Ya os dije antes que especialmente Gérard era muy cariñoso. Aún habría tiempo aquella tarde, ya a última hora, para un intercambio último de parejas con Gérard haciéndome una exquisita mamada de despedida y Sergio haciéndole lo propio a Cédric. Y me volví a correr. Lo digo porque correrme dos veces en una misma tarde siempre ha sido algo poco habitual en mi, puedo follar, dar rabo y disfrutar, pero correrme una segunda vez es complicado y aquella tarde Gérard se esforzó en dejarme sin leche en los huevos. Cédric también se volvió a correr con la mamada de Sergio, diciendo de cachondeo que le habíamos dejado agotado. Me hubiera gustado haber podido tomar una foto de los cuatro, allí tumbados boca arriba, totalmente desnudos en medio de aquel paraje de pinos, con sonrisas tontas en nuestras caras. 

Aquella última tarde de su visita a España sería la última, hasta día de hoy, en que nos veríamos, pero lo cierto es que conservamos una buena amistad que no solo se limita a tenernos agregados en redes sociales, sino a llamarnos y escribirnos asiduamente. 

Nuestra conexión francesa de aquel verano será algo que nunca olvidemos y que volveremos a recibir con gusto en sus próximas visitas. 

10 comentarios:

  1. Llevaba ya tiempo sin comentar nada. ¡¡Cuánto tiempo de un intercambio de parejas!! La verdad que me he puesto cachondo y en un rato acabaré cascándomela. Me alegra leer que aún mantenéis contacto con Cédric y Gérard.¿Cuándo dices que os escribís te refieres por carta o por email?



    James

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    1. ¡James! Se te ha echado de menos por aquí ;) Nos escribimos por e-mail. En Francia, aunque parezca mentira, el Whatsapp no es ni la mitad de popular de lo que es aquí (allí las compañías telefónicas lo vieron venir y pusieron servicio de sms gratuitos con tu plan de contrato antes de la 'explosión' de Whatsapp)

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  2. Mi única experiencia con franceses fue un fiasco: conocí a una pareja en un local de Málaga y aparte de que no me enteraba de nada de lo que decían (hablaban inglés pero con un marcadísimo acento francés) cuando les dije que sólo me había gustado uno de los dos me dijeron que lo sentían pero que nunca follaban por separado. Menudo morbazo vuestra historia con Cédric y Gérard.

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    1. Hay muchas parejas que cuando buscan morbo con terceros lo piden así: o juntos o nada. Cada uno somos un mundo. A mi esta experiencia me resulta de las más morbosas que he vivido.

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  3. Oh, la la !! Vive la France et les français !!! ;-)

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  4. Creo que la última parte del relato tiene que ser una de las más calientes que has escrito nunca. Menudo morbazo los dos ahí con los culos en pompa siendo petados lado a lado, tenéis que repetir esto más jeje. Y menudo valor el vuestro con tantos espectadores alrededor yo me moriría...

    Y coincido con los demás yo estudié francés casi seis años y sigo sin entender ni papa. Es un idioma muy jodido y monótono (aparte de que en la vida real sirve para más bien poco, espero que no lean esto tus amigos jeje).

    Por último, una pequeña duda "técnica" para los expertos: veo que haciendo la mamada le "apretaste los cojones" al tío. Desde mi escasa experiencia esto no le gusta a muchos tíos, ¿cómo lo haces tú para que no les duela?

    Besos cuídate.

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    1. Claro Carlos, es que el ir de cruising es lo que tiene: que no siempre hay sitios completamente privados donde nadie te vea. Si que es cierto que hay zonas más tranquilas que otras, que te puedes alejar más, pero en el morbo de estas prácticas siempre está el que no te importe demasiado ser visto en ocasiones. Y a estos chicos les daba muchísimo morbo.

      Apretar los cojones depende del tío, como tu dices. Primero pruebo a hacerlo con suavidad: si gime o me muestra que le gusta sigo, si no hace nada lo dejo ahí, en la suavidad. Tampoco se los estrujo, ¿eh? No lo hago como para que les duela :P

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