Según él, por
accidente se le había caído el vaso de agua encima empapándole los
calzoncillos. Imaginaos a un chaval moreno, con slips blancos empapados: se le
notaba todo a la perfección y, de nuevo, me quedé mirando. Pues ni corto ni
perezoso se quitó los calzoncillos delante de mí: “buah tío, si hay confianza,
nos conocemos de toda la vida”, dijo. Ahí estaba su polla en estado normal
perfectamente apoyada en ese par de huevos con forma de melocotón colgante. Tan
apetecible… y tan prohibida. El cabrón estaba sonriendo cuando levanté la
mirada, pero simplemente se dio la vuelta y se agachó para abrir el cajón:
ahora el chaval de las narices me ponía en la cara el culo, un culo sin mucho pelo y
totalmente blanco que parecía gritar: “fóllame”.
- Joder tío, tengo todos los gayumbos para
lavar… me voy a tener que quedar así, pero no te importa, ¿no? – dijo.
- Vamos, que no tienes unos pantalones cortos
o algo para ponerte – dije.
- Paso tío, mazo calor. Venga sigamos, que
hay que meterse un poco con los comentarios de texto de lengua – contestó.
Si claro, para
comentarios de texto estaba yo ahora. No lo había podido controlar y tenía el
rabo duro, pero lo peor es que era evidente. Marcaba bulto. El cabrón, para
calentarme más, me ponía la mano encima del muslo, muy cerca del paquete, para
decirme que tenía una duda o no entendía algo. Y yo le miraba y no podía evitar
mirarle el rabo ahí apoyado en la silla. Terminé la clase como pude y me
dispuse a irme.
- Tío, échate un Fifa conmigo para relajar –
dijo Óscar mientras se tumbaba en la cama y cogía los mandos – Pero quítate la
camiseta que estás sudando mazo, hoy le pega el calor – remató.
Y como si fuera un
dueño a su perro, obedecí, sintiéndome muy raro en esa situación. Tenía a un
chaval de 17 años buenorro en pelotas, tumbado en una cama de 90 y yo a su lado
tumbado sólo con unos pantalones cortos. Si esto lo ven mis padres luego me
hubiera tocado charla en casa fijo. Total, que el chaval me empezó a contar
mientras jugábamos que la chica con la que había estado liado le había hecho
alguna paja y le había comido la polla, pero que la chupaba muy mal, que le
hacía daño porque le clavaba los dientes y que no se la metía entera… También me decía que le daba reparo porque era de los pocos de su clase que todavía era virgen y que el ya tenía ganas de descubrir cosas nuevas. A todo esto, la polla de Óscar no paraba de crecer según hablaba de estas cosas.
- Oye, pues dicen que los tíos la chupan mucho mejor… - dijo, mientras se cogía el rabo ya bien duro con la mano derecha y lo
agitaba a la vez que me inquiría con una mirada de puro deseo.
En estado de
erección era más bonita: alrededor de 15 centímetros con un grosor destacado.
No pude aguantar más. Así que sin decir palabra me bajé y me la metí en la
boca. No estaba operado y el pellejo no le bajaba, así que aproveché para
meterle la lengua por dentro y el cabrón retorcía los pies de gusto y cerraba
los ojos. Me centré en comerle el rabo de arriba abajo, con suavidad, pero sin
parar. No se cómo explicarlo, pero cuando chupas una polla virgen o medio
virgen, se nota en el sabor, en la dureza máxima, en la forma de moverse del
tío…Empezó a suspirar muy fuerte y sin decir nada me soltó un ráfaga de leche
espesita y caliente en mi boca. 3 minutos había durado. Salí a escupir y a
enjuagarme y le dije:
- Oye, avísame cuando te corras, cabrón. Y
dura un poco más.
- Joder, es que tenía tantas ganas y la comes
tan bien…- dijo. Pero quiero más…
Me cogió de la
cintura, me bajó el pantalón y con ansia se metió mi rabo en la boca. Se me
puso dura de nuevo dentro de su boca, y aunque la chupaba de forma un poco
atropellada, me tenía que contener para no correrme rápido. “Quiero probar tu
lefa”, me dijo mirándome desde abajo con cara de niño travieso. Y eso me puso burrísimo. Así que mientras se esforzaba por
chuparla deprisa, no le avisé, me corrí en su boca y se la tragó. (Ya habría
tiempo para charlas de ETS más adelante).
Nos tumbamos en la
cama en pelotas y me dijo que le molaba mazo. Que le molaban mis músculos, mi
cuerpo, mi rabo… que ya llevaba un par de veranos cascándosela con imágenes mías
en su cabeza y cuando nos vio por la ventana, pero que también le iban las tías y que vaya lío. Le dije que no
se preocupara, que todo a su tiempo y que nosotros siguiéramos con nuestras
clases y nuestros Fifas:
- Quiero que follemos como follabas con tu
pibe aquella vez… - me soltó antes de irnos a mi casa a comer.
Buah. Flipar no es
la palabra adecuada para todo lo que pasó aquel día. Y para todo lo que estaba
por llegar.
Ufff k manera de ponerme cachondo con este relato...ke buena la foto...kien fuera profe con alumnos como ese...jajaja
ResponderEliminarBueno, por un lado te digo que las veces que estuve con Óscar fueron muy intensas y hubo sexo del bueno, pero como decía entradas atrás, liarte con un vecino cuyos padres además son amigos de los tuyos, trae consecuencias. Gracias por tu comentario!
EliminarQué niño más provocador y descarado.
ResponderEliminarClaro que iba a por lo seguro, sabiendo de tí y tus gustos, como mucho podría obtener un no por respuesta.
Pero me da por pensar que no era la primera vez.
Mmmm... luego te quejas que te dejo colgado en mis relatos,sin saber el final todo un fin de semana, jejeje...
Sí, yo si que sigo pensando que era su primera vez... Está claro que fue muy directo, pero porque lo tenía todo muy estudiado, dejó poco a la improvisación y eso precisamente también es signo de primera vez. Ay el Óscar... que hoy en día tiene novia y se la lleva a la playa... ya os contaré :P
EliminarJoer kbronazo me ha dado pa pajote tu relato... k morbazo tio... llego a ser yo el Oscar y t rebiento el ojete jaja un abrazo tio
ResponderEliminarPues se lo reventé yo a él (descúbrelo en el capítulo de hoy) jajaja, pero si hubiera sido al revés, tampoco me hubiera importado ;)
EliminarWow, que envidia tío!! Esta juventuuuud!! jejeje... yo quiero otro relato de estos para mi cumple, vale??
ResponderEliminarY... ¿cuándo es tu cumple? Espero que coincida con una buena entrada cuando toque, ya que las intento contar en orden cronológico a como ocurrieron jeje
EliminarTanto leer sobre tus pectorales y abdominales dan ganas de probarlos... y no solo eso, ajaja
ResponderEliminarMe encantan las perejas así, uno de 17-18 y el otro más mayor jaja. Por cierto, ¿había una foto? Es que por el primer comentario no me sale y ahora me he quedado con las ganas de verla jaja. Sigo muy enganchado a tu blog. Un abrazo.
ResponderEliminarQuería decir que por el primer comentario parece que había una y a mí no me sale jaja.
EliminarSí, la había, pero Blogger me obligó a quitarla y, bueno, aunque luego rectificaron, lo hablé con Óscar y quedamos en dejarlo así ;)
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe encanta tu blog tio. Lo he descubierto hace unos dias y me has enganchado. Ademas este ultimo relato ha sido la "hostia" me voy a quedar seco de tanto pajearme!!! Enhorabuena!
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