Habitualmente las vivencias que podéis encontrar en este blog son todas, o la gran mayoría, experimentadas en lugares de cruising ya establecidos o con personas con las que quedo a través de apps, o incluso con mis amigos de siempre. Sin embargo, hay ocasiones en las que el cruising se da casi por casualidad, sin buscarlo. Y eso es lo que nos ocupa en la entrada de hoy.
Cuando hablé con Dani y Sergio acerca de todo lo que había pasado con Paco no le dieron la más mínima importancia y fue algo que me sorprendió, ya que normalmente solíamos hablar de los detalles y mostrar cierto interés por los ligues que cada uno tenía por su lado. Al principio mostraron sorpresa, pero inmediatamente después Dani cambió de tema proponiendo plan:
- ¿Qué os parece si cogemos el coche mañana y nos vamos a pasar el día a La Manga? -propuso.
La Manga (Murcia) no nos quedaba muy lejos, aproximadamente una hora y cuarto en coche por la autovía, y lo cierto es que no iba por allí desde que era bien pequeño. Junto a que a los tres nos gustaba de vez en cuando hacer excursiones, pues la respuesta fue un sí rotundo. No se mencionó en ningún momento el hecho de ir de caza, de ir a ligar o de visitar lugares de cruising por allí, sino simplemente de ir a pasar el día. De hecho, quedamos en no mirar lugares de cruising y dejarlo todo meramente al azar, si es que al final conseguíamos algún ligue. Lo importante era pasar un día juntos. Y estuvimos de acuerdo los tres. Salimos a primera hora de la mañana siguiente, habiendo elegido ir entre diario para evitar las aglomeraciones de fines de semana, que ya de por sí en verano se dan todos los días, con que mucho más en sábados y domingos. Conduje yo con la guía del navegador y bueno, está claro que Murcia es diferente: ¡hacen las incorporaciones a las autopistas hacia la derecha! Era la primera vez que lo veía y pasamos un momento de nervios. Lo que no sabíamos es que La Manga tiene una extensión de más de 30 kilómetros si mal no recuerdo, con lo cual una vez llegamos allí, pasamos bastante tiempo bajando y entrando al coche de nuevo. Hacía bastantes años que no iba por allí, pero lo cierto es que tampoco había cambiado en exceso.
La Manga da, por así decirlo, a dos mares: el "mar menor", cerrado y con agua bastante caliente, y el "mar mayor", el propio mediterráneo abierto. La parte del agua semi-estancada nos gustó para hacer fotos, pero desde luego para bañarse estaba mucho mejor el mar abierto. Fue cuando nos tumbamos un rato en la playa cuando una de estas apps me sonó. Se trataba de un chapero que me decía que por mi físico podría hacerme un buen descuento o incluso dejarme el servicio de masaje gratis teniendo que pagar solo por el sexo final. Estaba bastante bueno y tenía pinta de cani, que es una de mis debilidades, pero le vi tan desesperado por conseguir clientela que, educadamente, le di un no por respuesta.
Lo interesante del día se produjo a la hora de la comida. Estábamos en Murcia, con lo cual se hacía necesario probar uno de sus famosos arroces con pescado y elegimos, quizá, el restaurante más concurrido que vimos. Más que nada por eso de que si está lleno, por algo será. Tuvimos que esperar unos 20 minutos para una mesa y, casualidades de la vida, nos sentaron al lado de un grupito de 5 o 6 chicos maricas. Maricas porque 3 de ellos lo escenificaban de forma exagerada y 2 parecían más masculinos, además, la conversación que se traían, que todo el restaurante podía oír, no dejaba dudas al respecto. El típico grupito que, ya hubiera sido de heteros, le gustaba hacerse notar. Nos estaban poniendo de los nervios, porque con sus voces apenas podíamos escucharnos entre nosotros, cuando noté que uno de ellos me miraba fijamente. De unos 27 años, piel morena, barbita recortada, ojos marrones, pelo de punta. Con disimulo cogí el móvil, abrí el Grindr y me salió una foto suya signo de ser su perfil. Se describía como "muy pasivo y tragón". Interesante. Las miradas continuaron y comencé a entrar en el juego, ya que del grupito, era de los que me parecían más interesantes. Como no quería pasarme toda la comida calentándome con él, le abrí directamente un mensaje por la app: ¿También miras así de fijo cuando te están follando ese culo tragón que dices que tienes? Le sonó el móvil en la mesa y lo miró, poniendo cierta cara de sorpresa y picardía a la vez. Su respuesta no tardó: Si quieres nos perdemos en los baños y lo compruebas :*, seguido de: me molan con buenos rabos, eso sí. Así que le mandé una foto de mi polla sin decirle nada, obteniendo por respuesta: ¿quieres que te mire fíjamente cuando me estés clavando tu estaca?, así que respondí: Claro, ver tu mirada de éxtasis me la pondrá más dura aún, pero no me va el rollo de calentarnos por aquí, ¿te hace concretar algo?. Como respuesta, recibí una foto de su culo metiéndose tres dedos, que me empalmó por completo, pero nada más.
Le miré y me di cuenta de que estaban haciendo cálculos para pagar cada uno la parte que le correspondía. Pidieron la cuenta, pagaron, se levantaron y se dirigieron a la salida. "Polvo perdido", pensé, pero al cabo de 10 minutos, cuando ya estábamos tomando el postre, recibí un mensaje suyo a través de la app: te espero en el urinario de la derecha con el culo limpio y abierto, si no vas a venir dímelo que me están esperando.
Me excusé con Dani y Sergio, a quienes no estaba contando nada de lo que estaba ocurriendo, diciéndoles que me había sentado algo mal y que tardaría un poco. Sergio asintió, pero Dani me miró arqueando la ceja y no pude evitar esbozar una pequeña sonrisa que lo dejó todo claro sin necesidad de decir nada. Me sorprendía que a veces la conexión que tenía con él, superaba a la que tenía con Sergio, a pesar de que con Dani follaba bastante menos. Así que me dirigí al baño, entré, me lavé las manos, me puse un poco a tono y entré:
- Ya pensé que no ibas a venir -dijo.
Y me encontré con el tío desnudo de patas abiertas, apoyándose en la pared de enfrente, pasándose la mano por el culo sensualmente, lo que me puso como
una moto, ya que debía de haber estado dilatando. Tenía un cuerpo normal, ni gordo, ni delgado, pero si ligeramente marcado. Y un culo de infarto.
- Toma -dijo, lanzándome un condón de marca rara.
Me desnudé, colgué la ropa en el colgador de la puerta, eché el pestillo, me la meneé un rato hasta que la tuve bien dura y me puse el condón.
- No hace falta que me lo comas, fóllame y clávame ese rabo de toro que tienes -dijo con cara de vicio.
Aquello me puso a mil y le metí el rabo despacio, pero notaba esa sensación que te dice que ese culito quería absorber tu polla enterita porque ya estaba acostumbrado.
- ¡Clávamela! ¡Vamos, tío! -insitió.
Así que se la clavé de golpe y empecé a darle bastante caña desde el principio, que parecía que era lo que quería. Empezó a gemir bastante según le bombeaba el culo y mis cojones chocaban haciendo ruido, pero se abrió la puerta principal de acceso al baño y bajé el ritmo para evitar hacer ruido. Me estaba dando mucho morbo la situación, pero no me apetecía nada que me llamaran la atención por estar follando en un baño. El tío en cuestión se fue y volví a recuperar el ritmo metiéndosela hasta el fondo con fuerza y sacándola. La bromita de mirarme fíjamente mientras le follaba se había quedado en nada, no era cómodo para él estar girando el cuello, ya que estábamos follando en la postura de a cuatro patas, sólo que de pie. Ambos empezamos a sudar y mi polla entraba y salía tan bien que aceleré más el ritmo y la intensidad de la follada:
- Joder tío, como sigas así, me corro ya -susurró el chaval.
Y, efectivamente, comenzó a pajearse con rapidez y echó toda la leche líquida en el suelo. Seguí follándole hasta que te dijo:
- ¿Prefieres que te la coma y te corras en mi cara?
- No tío, con este culito tan tragón, quiero correrme dentro...-dije.
- Vale tío, préñame... échame tu leche...-empezó a decir (obviamente en sentido figurado, porque había condón).
Y a los pocos segundos me corrí en su culo, de forma bastante abundante según pude ver cuando saqué el condón.
- Tío follas como un animal, cómo me ha gustado -dijo el chaval cogiendo una toallita y limpiándose.
- Gracias colega, tu culazo lo ha puesto fácil -dije.
- Solemos ir a las playas de Calblanque en verano, por si quieres repetir alguna vez...-dijo, sonriendo.
- ¿Intercambiamos móviles? -ofrecí.
- Vale, pero intenta ser discreto cuando me escribas porque tengo novio -explicó.
- Hecho.
No me culpéis a mi. No elijo que vengan a mi los casados o con pareja, allá cada uno con sus engaños y conciencias. La verdad es que disfruté bastante con aquel polvo exprés que echamos en aquel baño. Cuando llegué a la mesa Sergio me soltó una puyita:
- Vaya, si que te encontrabas mal. Has tenido que quitarte la camiseta y ponértela del revés -dijo, serio.
- ¿Qué tal el polvo? -preguntó Dani directamente.
- Joder, ¿tan obvio era? -dije.
Y los tres nos echamos a reír.
Le miré y me di cuenta de que estaban haciendo cálculos para pagar cada uno la parte que le correspondía. Pidieron la cuenta, pagaron, se levantaron y se dirigieron a la salida. "Polvo perdido", pensé, pero al cabo de 10 minutos, cuando ya estábamos tomando el postre, recibí un mensaje suyo a través de la app: te espero en el urinario de la derecha con el culo limpio y abierto, si no vas a venir dímelo que me están esperando.
Me excusé con Dani y Sergio, a quienes no estaba contando nada de lo que estaba ocurriendo, diciéndoles que me había sentado algo mal y que tardaría un poco. Sergio asintió, pero Dani me miró arqueando la ceja y no pude evitar esbozar una pequeña sonrisa que lo dejó todo claro sin necesidad de decir nada. Me sorprendía que a veces la conexión que tenía con él, superaba a la que tenía con Sergio, a pesar de que con Dani follaba bastante menos. Así que me dirigí al baño, entré, me lavé las manos, me puse un poco a tono y entré:
- Ya pensé que no ibas a venir -dijo.
Y me encontré con el tío desnudo de patas abiertas, apoyándose en la pared de enfrente, pasándose la mano por el culo sensualmente, lo que me puso como
- Toma -dijo, lanzándome un condón de marca rara.
Me desnudé, colgué la ropa en el colgador de la puerta, eché el pestillo, me la meneé un rato hasta que la tuve bien dura y me puse el condón.
- No hace falta que me lo comas, fóllame y clávame ese rabo de toro que tienes -dijo con cara de vicio.
Aquello me puso a mil y le metí el rabo despacio, pero notaba esa sensación que te dice que ese culito quería absorber tu polla enterita porque ya estaba acostumbrado.
- ¡Clávamela! ¡Vamos, tío! -insitió.
Así que se la clavé de golpe y empecé a darle bastante caña desde el principio, que parecía que era lo que quería. Empezó a gemir bastante según le bombeaba el culo y mis cojones chocaban haciendo ruido, pero se abrió la puerta principal de acceso al baño y bajé el ritmo para evitar hacer ruido. Me estaba dando mucho morbo la situación, pero no me apetecía nada que me llamaran la atención por estar follando en un baño. El tío en cuestión se fue y volví a recuperar el ritmo metiéndosela hasta el fondo con fuerza y sacándola. La bromita de mirarme fíjamente mientras le follaba se había quedado en nada, no era cómodo para él estar girando el cuello, ya que estábamos follando en la postura de a cuatro patas, sólo que de pie. Ambos empezamos a sudar y mi polla entraba y salía tan bien que aceleré más el ritmo y la intensidad de la follada:
- Joder tío, como sigas así, me corro ya -susurró el chaval.
Y, efectivamente, comenzó a pajearse con rapidez y echó toda la leche líquida en el suelo. Seguí follándole hasta que te dijo:
- ¿Prefieres que te la coma y te corras en mi cara?
- No tío, con este culito tan tragón, quiero correrme dentro...-dije.
- Vale tío, préñame... échame tu leche...-empezó a decir (obviamente en sentido figurado, porque había condón).
Y a los pocos segundos me corrí en su culo, de forma bastante abundante según pude ver cuando saqué el condón.
- Tío follas como un animal, cómo me ha gustado -dijo el chaval cogiendo una toallita y limpiándose.
- Gracias colega, tu culazo lo ha puesto fácil -dije.
- Solemos ir a las playas de Calblanque en verano, por si quieres repetir alguna vez...-dijo, sonriendo.
- ¿Intercambiamos móviles? -ofrecí.
- Vale, pero intenta ser discreto cuando me escribas porque tengo novio -explicó.
- Hecho.
No me culpéis a mi. No elijo que vengan a mi los casados o con pareja, allá cada uno con sus engaños y conciencias. La verdad es que disfruté bastante con aquel polvo exprés que echamos en aquel baño. Cuando llegué a la mesa Sergio me soltó una puyita:
- Vaya, si que te encontrabas mal. Has tenido que quitarte la camiseta y ponértela del revés -dijo, serio.
- ¿Qué tal el polvo? -preguntó Dani directamente.
- Joder, ¿tan obvio era? -dije.
Y los tres nos echamos a reír.
Jajajajaja como ha molado. Da morbo pensar en la situación, una vez más me sorprendes con tus folladas y los lugares donde lo haces. ¿Volvisteis a quedar o solo fue esa vez? Espero que esto se ponga aún más interesante jejejejeje.
ResponderEliminarJames
Sí, volvimos a vernos... resultó bastante complicado, ya os contaré...
EliminarEsto me pasa a mí cada día, jejejeje...
ResponderEliminarNo, en serio, me encantan estas historias de pimpam y en lugar insospechado.
El final con Dani y Sergio muy bueno :-D
Tuvo mucho morbo la situación y eso que los baños no suelen gustarme para este tipo de cosas, pero el chaval mereció la pena ;)
EliminarQue envidia me gustaria ser algo parecido pero eso depende ya de las cosas que suceden con el tiempo aunque espero que me pase.
ResponderEliminarMMM no sé si sea correcto decir que se "escenifica" la femineidad en una persona gay, puesto que en general todos hacemos un performance de nuestro género según Judith Butler, yo soy algo femenino y siempre pienso que los gays masculinos están actuando todo el tiempo, como que no son ellos mismos, pero quizá te pase lo mismo que a mi pero con los chicos gays femeninos, de cualquier forma me gustó tu relato, y tengo que decir que leí todas las entradas en dos días, espero el próximo. :)
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Isaac. Estoy de acuerdo contigo en que hay muchos gays que, por moda, exageran ahora su masculinidad. Solo abres Grindr y ves: "solo tíos masculinos", "nada de pluma", "100% machos" y al final quedas con muchos de ellos y te das cuenta que es todo fachada, que en cuanto se les sale algo del guión, les sale la pluma. Si no hay nada de malo, es cuestión de gustos, pero a mi me molan los chicos masculinos que lo son de verdad, porque tienen esa actitud y no una fachada fingida.
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