14 de octubre de 2014

CAPÍTULO 94: ACTION MAN

Nos habíamos levantado hambrientos. Desconozco si fue por la resaca de la noche anterior, porque me estaba leyendo el primer libro de Los Juegos del Hambre (2008), o simplemente porque tras el fiasco del policía tenía más hambre que de costumbre. Y no hablo del apetito que podía pedirme el estómago en uno de sus muchos ruidos mañaneros, sino del voraz apetito sexual que sentíamos aquella mañana. En realidad, levantarme así me daba mala espina: siempre que planeaba un "día grande", días de esos en los que piensas "me lo voy a comer todo", al final, luego no me comía nada o las cosas salían mal. Así que tener aquella sensación y la polla dura como una piedra, nos hicieron irnos desde primera hora de la mañana al Rebollo. Un par de bocadillos con tomate, aceite y jamón serrano, un par de manzanas, un par de cervezas y con el coche de Dani allí llegamos en poco más de 20 minutos. 

Para no ser ni medio día ya se cocía el ambiente: un estupendo día soleado, sin nubes y con el viento del levante dando una tregua, siempre atraía a más gente. Máxime al tratarse de un sábado que, además, era festivo. Tras dejar todos los trastos (toalla, sombrilla, mochilas), embadurnarnos en cremas solares, darnos un primer baño y secarnos, decidimos que era momento de hacer una primera ronda por la pinada. El panorama dentro, como casi todas las mañanas, era desolador: abueletes pesados, abueletes simpáticos, abueletes normales y chubbies. Nada de nuestro gusto, por lo tanto la decisión de volvernos por donde habíamos venido fue inmediata. No habría pasado más de media hora cuando volvimos a poner los pies en la arena y la playa estaba bastante más llena, nuestra sombrilla estaba ya rodeada de grupos de chicos que también iban a pasar el día. 

Si en estos días en los que en la propia playa hace muchísimo calor, no os podéis hacer a la idea del calor que hacía dentro de la pinada en plena vorágine solar. Decidí irme a dar un baño, mientras Sergio se quedaba desnudo tomando el sol, ese año quería ponerse el culo moreno, así que allí le dejé luciéndolo. Su culo era el deseo de más de uno y más de dos que pasaban por allí y le miraban de forma completamente descarada. A mi eso me enorgullecía. Ese culo que tantas veces había follado, que tanto placer nos había dado... ese culo que, siempre, estaría a mi servicio y disposición. Y no a la de todos.

En estas playas de esta zona de Alicante encontrar un día como el de hoy en el que poder nadar sin corrientes peligrosas y olas hasta bien profundo, era todo un lujo. Tras hacerme unos cuantos largos, volví la mirada hacia la orilla y pude ver como a unos 20 metros de donde estaba Sergio llegaba una nueva comitiva de 4 chavales con bañadores de lo más variopintos estilo slip. Y mi radar no tardó mucho tiempo en identificar a un posible objetivo: desde tan lejos ya se le intuía físicamente bien, así que poco a poco empecé a acercarme a la orilla. Me quité el bañador, me puse el asunto contento (ya sabéis que con el agua fría siempre se arruga) y salí de frente a este nuevo grupito de chavales intentando lucirme lo máximo posible para captar la atención de mi objetivo. Físicamente era mucho mejor de lo que parecía, siendo la única parte negativa que era un poco bajito para mi gusto: cara guapa con barba de tres días, cuerpo perfectamente esculpido y fuerte, piernas trabajadas, buena polla que colgaba entre ellas y culo redondo y prieto. Lo de las piernas empezaba a ser bastante importante para mi, parecía estar cundiendo el tipo de chico que se pone cachas de cintura para arriba, no trabaja las piernas y acaba pareciendo un gorrión. Conseguí mi propósito: que se fijara en mi. Y guiñándole un ojo, me acerqué hacía donde estaba Sergio y me tumbé a su lado para secarme, sin quitar ojo de mi nuevo objetivo, no fuera ser que se metiera a la pinada y tan siquiera me percatara de ello. De la forma más disimulada posible le expliqué a Sergio quién era mi objetivo y que iba a intentar conseguirlo para los dos:

- Joder, ¡si parece un action-man de lo cuadrado que está! -exclamó Sergio.



Siempre me ha costado dar a mi el primer paso, es algo que me hace sentir incómodo y no me gusta, prefiero que lo den los demás, pero ese día estaba difícil la cosa. Mi action-man me seguía el juego de las miradas, tonteaba, hacía ejercicio en la arena, se iba a correr, volvía pasando muy cerca nuestra, me sonreía... Pero llegaba la hora de comer y allí seguíamos, como dos quinceañeros que no se atreven a arrancar. Y, con la distancia de por medio, allí estábamos los dos, frente a frente, dando bocados a nuestros respectivos bocadillos de la forma más bruta posible. Como si tuviéramos que demostrar cómo éramos según nuestra forma de comer. Luego lo analizas en frío, un día después, y te das cuenta del absurdo que debimos hacer. 

Pensar en meterse a la pinada con el calor que estaba haciendo y justo después de comer era poco menos que suicida, así que mientras Sergio se marchaba a tumbarse bajo un pino para estar a la sombra, yo me apliqué más crema y me quedé dormido boca abajo en la sombra de la sombrilla. No era la primera vez que me sucedía: nunca recordaba que, aunque esté plácidamente dormido, el sol se mueve y siempre, siempre me acababa quedando al sol. 

Lo primero que noté fueron unas manos masajeándome la espalda de forma muy sensual, después cómo un chorro de crema fresca caía en la espalda de manera abrupta, cómo esas manos los extendían y cómo tenía a Sergio apoyado en mi culo dándome aquel masaje tan sensual que debía estar despertando envidias alrededor. Así que, aún con los ojos cerrados, me di la vuelta ligeramente empalmado, notando cómo una polla más grande que la de Sergio golpeaba mi pelvis. Abrí los ojos y allí, encima de mi, le vi:

- Pensé que te ibas a poner como un cangrejo y como tu amigo no estaba... -explicó action-man.
- Muchas gracias... -respondí, mirando embobado al tiazo que tenía sobre mí.
- Si quieres pasamos dentro y estamos más cómodos... -sugirió.

No hizo falta respuesta. Nos levantamos los dos semi-empalmados, cogimos nuestras respectivas toallas y con bastantes miradas pendientes de nuestros movimientos nos metimos dentro, sin hablar mucho más. Buscamos un lugar en lo alto de la pinada, extendí la toalla en la arena, me tumbé boca abajo y el masaje de action-man fue mucho más al grano: el primer chorretón de crema me cayó directamente en el culo. Empezó a masajearme de forma mucho más sensual, trabajándome de forma disimulada el culo poco a poco... Estaba claro que era activo o en ese momento le apetecía ejercer como tal. El masaje continuaba y yo estaba cachondo perdido, cosa que action-man aprovechó para detener el masaje, ponerse frente a mí, clavar las rodillas y muslos en el suelo y ofrecerme aquel pollón tan duro. Una polla gorda y de unos 18 centímetros que descapullaba por si misma. No podría haber nada mejor, así que tardé lo mínimo posible en comerme aquel pollón que, para más inri, sabía a gloria. No me hizo falta esforzarme mucho: estaba ante un activazo que me follaba la boca sin prácticamente yo mover la cabeza, tan solo utilizaba la lengua y el hecho de que fuera capaz de tragármela entera le ponía a mil por hora, llegando a decirme que muy pocos se la habían comido toda:

- Veremos a ver si tu culo tiene las mismas tragaderas que tu boca...-dijo action-man sacando un bote de lubricante de la pequeña mochila que había traído. 

Me puse a cuatro patas instintivamente, solía ser una posición que gustaba a este tipo de tíos, y allí empezó a echarme sin cortarse un buen chorro de gel lubricante. Me trabajó el culo con sus dedos sin prisa, pero sin pausa. De forma constante. Yo estaba tan sumamente cachondo que, al menos aquel día, no me costó nada dilatar y acabar casi con cuatro de sus dedos dentro de mi ser sin grandes sufrimientos, más allá de los normales. Teníamos ya un buen número de ojos mirando y esperando el estelar momento en que aquel tiazo me follara. De forma que saqué un condón, que se enfundó y empecé a pajearme cuando noté que su capullo rozaba y jugaba con la entrada a mi culo, el pajearme siempre facilitaba las cosas... y aquel rabazo entró muy despacio, entero y de una vez, invadiendo todo mi culo y provocando en mi un gemido que salió natural de mis entrañas. 

Los tíos que nos miraban salieron de sus respectivos escondrijos y allí pude ver un arsenal de pollas de todo tipo que se pajeaban con fuerza mirando la escena. Era la primera vez que ser observado me ponía tan cachondo, momento que aprovechó action-man para empezar a darme y bombearme con una fuerza progresiva. Desde el momento en que action-man pudo follarme con toda su fuerza y naturalidad, no pasaron más de 3 minutos hasta que me corrí en el suelo echando una de esas corridas que califico como 'históricas' por lo grande que fue. Cuando action-man se dio cuenta de esto, me sacó la polla, me dio la vuelta, tiró el condón y se corrió en mi torso con una paja a los pocos segundos. Una leche espesa, caliente y en su cuantía justa impactó en varios puntos de mi pecho, acompañada de unos gemidos y escurriéndose hacia las caderas dado el sudor que invadía todo mi cuerpo. Cuando me quise dar cuenta, apenas quedaba ya nadie mirando. El momento de la corrida es el momento en el que todos los mirones se van. 

Me había quedado en éxtasis, relajado, pero con mis nalgas bastante doloridas. Las debía de tener más rojas que un babuino. Action-man no paraba de mirarme, me tendió la mano y me ayudó a ponerme en pie. Uf. Me iba a costar andar para llegar a la playa:

- Me ha molado mucho tío...-dijo.
- Otro día me traigo a mi amigo y nos das cañas a los dos si te mola -ofrecí.
- Eso está hecho tío, me molan así como tu, masculinos y no las locas estas que hay siempre por aquí floreando y mareando la perdiz...-dijo entre risas.

Nos chocamos las manos y mientras él se marchó a la playa, yo me fui con mi toalla al pino bajo el que siempre se tumbaba Sergio con el fin de relajarme. El problema de conocernos tan bien es que no podíamos escondernos nada:

- Por tu cara deduzco que te has pegado un buen polvo, ¿no? -inquirió Sergio.
- No lo sabes tu bien -dije.
- Anda, ven aquí -dijo mientras me abrazaba con su brazo y ponía mi cabeza en su pecho acariciándome el pelo.

Era la primera vez después de todo lo que había pasado el año anterior que mostraba una entereza y naturalidad que me sorprendió positivamente. 


5 comentarios:

  1. ¡Qué envidia, Marcos!
    Ya hace tiempo que te sigo. Y siempre empalmo leyéndote.
    Da gusto. Se nota que eres inteligente por cómo escribes.
    Yo tengo una pregunta, no sé si te apetecerá respondérmela.
    Soy tio bisex, de vez en cuando me apetece que me follen, pero siempre tengo dudas de cómo limpiarme bien para que el condón no salga manchado... ¿Puedo preguntarte cómo lo haces, o cómo lo suele hacer la gente?
    Gracias.
    Y, por favor, no pares este blog. Es realmente genial.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por tus palabras chicobi. Claro que te respondo, aunque no tengo la respuesta perfecta, me temo. Ante todo tienes que tener claro que la función principal del ano es la que es... y conseguir que el condón salga limpio como una patena es más de películas porno que de realidad. Hay muchas técnicas que puedes usar: la gente se hace lavativas, usan peras farmacéuticas o incluso se compran unos adaptadores para la alcachofa de la ducha con los que, con poca presión, se lo introducen en el ano y les "limpia" el recto, excretando después el agua "sucia". Yo no utilizo ninguna de estas, me resultan desagradables, me dejan el intestino dolorido y tengo varios conocidos que, tras hacer estas cosas varias veces durante mucho tiempo, han acabado con problemas intestinales medianamente graves. Lo que hago yo es tanto en la ducha como en el bidé, con agua caliente, mucho jabón y una esponja suave, tratar de limpiar con tacto todo lo que puedo. Me beneficia el hecho de que solo voy al baño por las mañanas, con lo cual el resto del día, por lo general, no se me ensucia por decirlo así... Ahí ya depende de los ritmos de cada uno. Así que, ya ves, bien básico... Antes de follar, mucha higiene con abundante agua, jabón y hasta donde llegues... Ya te puedes hacer a la idea del trajín que me traigo en la playa con el baño todos los días y más de una vez si la ocasión lo requiere :P En mi caso, cuando me follan, no suele salir el condón muy manchado, alguna motita quizá, pero nada que corte el rollo. Cuando follo, me he encontrado de todo... pero ten en cuenta que si sale muy manchado, es que no ha habido higiene previa de ningún tipo. Espero haberte ayudado y no dudes en preguntar cualquier cosa.
    Quizá algún lector pueda ayudarte más.

    ResponderEliminar
  3. Hola, es la primera vez que escribo aunque ya hace algún tiempo que lo leo y te felicito por él. Cuando dices que conocidos tuyos han terminado con problemas intestinales graves, a qué te refieres?

    Un saludo y gracias.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias por tu respuesta, Marcos.
    La verdad es que me ha ayudado mucho. A partir de ahora seguiré tus indicaciones, a ver qué tal me va.
    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  5. Uff.. que morbazo encontrarte con un Action Man y hacerlo realidad. Yo nunca he acudido a un lugar público (me excita mucho leerlo o que me lo cuenten) pero ir solo me quedo bloqueado y paralizado. Si voy con mi macho alfa controlando la situación (aunque muerto de miedo, eso es lo que a él más le pone) sí me dejo llevar y entro en acción.
    Respecto a lo que comentaban más arriba, además de llevar una dieta equilibrada, libre de grasas, no abusar de carnes, lácteos y especia (fibra la justa, lo fundamental es ser muy regular y acostumbrarte a hacerlo cada mañana. El hacer deporte y sudar elimina muchas toxinas, y sobre todo, llevar una higiene íntima (fundamental el bidé)con un jamón de ph neutro para que siempre esté limpio, hidratado y sin iiritaciones ni rozaduras. Yo se lo comenté a mi médico de cabecera y me dijo que en "momentos especiales" podía usar una perilla con agua destilada y un poco de suero fisiológico y usar un poco de lubricante horas antes de tener sexo. Yo no he tenido ese problema.

    ResponderEliminar