Os tengo que confesar que me considero muy afortunado por la familia en la que me ha tocado vivir, es una familia en la que se respetan algunas tradiciones, pero moderna y liberal en general. Una de esas tradiciones es que mi familia, sobre todo mi madre y abuelos, han sido mucho de refranes; casi como cualquier español. Dichos con años de antigüedad que se refieren a situaciones presentes y que se aplican a multitud de situaciones que podemos vivir en determinados momentos. Como el que da título al capítulo de hoy.
Tras haberme tirado a Óscar por segunda vez, y después de darle muchas vueltas a la cabeza, decidí quedarme aquello en secreto y tratar de provocar una situación que me fuera lo más ventajosa posible para no causar enfados. Mientras ese momento llegaba, había que ocupar el tiempo con otras actividades que me mantuvieran alejado de él o lo suficientemente entretenido para no caer en sus garras de nuevo. Parecía que el destino no me lo quería poner fácil: durante los dos días siguientes cayeron unas tormentas de verano como las que yo nunca había vivido allí: el viento de levante soplando de forma intensa, lluvia, truenos y relámpagos que duraron casi 48 horas. No hacía frío, pero desde luego ese tiempo no acompañaba para realizar ninguna actividad de las propias que puedes hacer en verano. Y quedarme en casa suponía el riesgo de que el timbre sonara en cualquier momento y se presentara mi vecino con las hormonas disparadas a invitarme a su casa. Así que como mis padres ya habían llegado, les propuse a Sergio y Dani pasar una tarde de pelis y juegos en casa de Sergio, ya que la predicción indicaba que por segundo día las tormentas iban a seguir.
Después de comer me marché a casa de Sergio con tres botellas de cerveza Paulaner, que nos privaba, para meterlas en la nevera y que estuvieran bien fresquitas. Y allí me encontré a Dani y Sergio echándose unos vicios a un popular videojuego de la PS3. La tarde fue animosa, se había recuperado aquella complicidad entre los tres, pudimos hablar de muchos asuntos... pero lo cierto es que según se acercaba la noche y el tiempo no mejoraba el aburrimiento nos comenzaba a invadir. Habíamos charlado, echo bromas, jugado a la consola, visto una peli, bebido... No quedaba mucho más por hacer... salvo una idea que a Dani le rondaba la cabeza: jugar al Strip Póker:
- Vamos, ni que nunca nos hubiéramos visto desnudos -dije.
- Rectifico... vamos a jugar al Porn Strip Póker -aclaró Dani.
Nos explicó que era una variedad de juego en la que quien fuera perdiendo las apuestas, tendría que dejarse hacer sexualmente lo que los otros miembros del equipo quisieran: dejarse hacer o hacer lo que les fuera ordenado. Teníamos que estar completamente desnudos para jugar. Ahora, así escrito, quizá no parezca gran cosa, pero cuando estás con tus mejores amigos, con el puntillo de la cerveza y con cierto aburrimiento, te parece lo más. O al menos nos lo pareció en aquel momento. Decidimos ducharnos, despejamos el salón de sofás, mesas y sillas, bajar las persianas, tener la mínima luz posible y colocamos en el suelo 4 o 5 mantas que lo hicieran todo más cómodo. Dani nos explicó las reglas y allí, desnudos, nos sentamos en círculo para empezar la partida. Nunca había sido muy bueno en juegos de cartas, así que di por hecho que perdería de los primeros. Nos teníamos muy vistos, pero ver a mis dos amigos desnudos me ponía bastante cachondo.
El juego comenzó y como mi idea el póquer era bastante limitada, fui el primero en perder, algo que no me pilló de sorpresa. Le tocaba a Sergio ordenar:
- Tienes que ponérsela dura a Dani sin poder tocarle, ni utilizar nada, solo tu cuerpo - pidió.
Me pareció un encargo complicado, pero fácil a la vez: complicado porque nunca lo había hecho antes y fácil porque sabía el punto débil de Dani. Senté a Dani en una silla, me puse delante de él y lo más serio que pude empecé a tocarme la polla para ponérmela morcillona, una vez la tuve así, me di la vuelta, me abrí de piernas y chupándome un dedo, me lo metí en el culo lo más despacio y sensualmente que pude, para hacerme un dedo que duró unos 45 segundos. Lo suficiente para ver cómo la polla de Dani se ponía como una estaca. Con el objetivo de caldear el ambiente, me acerqué al rabo de Dani y fui a sentarme en él, nada más que cuando su capullo rozó mi culo, me levanté y fui a sentarme en el suelo para seguir jugando.
- Me cago en la puta, Marcos... -dijo Dani suspirando.
- Dijo Sergio que sin tocar -respondí guiñándole un ojo.
Y allí estábamos los tres empalmados, dispuestos a seguir con el juego. Volví a perder en la siguiente tanda y le volvió a tocar a Sergio darme la orden que considerara:
- Métete la polla de Dani hasta el fondo de una vez, sin saliva, ni lubricantes. Una vez lo hayas hecho, vuelves y seguimos -ordenó.
Qué cabrón el Sergio, no sabía si lo hacía para castigarme o para ponernos muy cachondos. Dani no es que tuviera un pollón de peli porno, pero el chico no estaba mal dotado y meterse aquello sin trabajos previos, nada más que el dedo que me había hecho antes, iba a ser doloroso. Volví a sentar a Dani en una silla, se la puso dura y, mirándole de frente y abrazándome él, sentándome en sus piernas, empecé a meterme aquel rabo deseoso de destrozarme el culo. Como en las instrucciones no se había dicho nada más, comencé a morrearme con Dani para que todo fuera más fácil, pero cuando su capullo me atravesó tuve que morderle un labio del dolor que sentí, cosa que le puso tan bruto, que me la clavó de golpe provocando que diera un grito que se tuvo que oír en todo el edificio. Y allí estábamos los dos, en aquella silla, con su polla clavada en lo más profundo de mi ser, mi cara de dolor y su cara descompuesta de placer y ganas de follarme. Me empecé a mover mientras volvíamos a comernos la boca, pero Sergio nos detuvo y pidió volver al juego. Sacar aquella polla de mi culo fue también doloroso y sentarme para seguir jugando, ni te cuento; pero, afortunadamente, se fue pasando poco a poco.
Por fin la suerte me acompañó un poco y en la tercera ronda le tocó a Sergio perder y a Dani ordenar. Y debe ser que la idea que propuso la tenía en mente desde hacía tiempo, porque sabía que eso que iba a proponer, detendría el juego durante bastante rato:
- Sergio, Marcos y yo vamos a intentar follarte a la vez, polla con polla, usando todo el lubricante, la saliva y el tiempo que necesitemos - explicó.
La cara de Sergio fue un poema, él siempre había sido mucho más pasivo que activo, pero eso era una cosa, y la doble penetración, era otra. Sin embargo, no dijo que no. Nos fuimos a una cama, pusimos a Sergio a cuatro patas y empezamos a trabajarle el culo: Dani y yo parecíamos dos perritos usando nuestras lenguas en aquel culo que, poco a poco, se dilataba a nuestro paso. Empezamos a dedearle con bastante lubricante, ya que según Dani, no podríamos intentar nada hasta que no consiguiéramos que tuviera cuatro dedos entrando y saliendo con relativa facilidad. Nos llevó bastante tiempo conseguirlo, pero ver como el culo perfecto de Sergio se iba abriendo, nos mantenía bastante cachondos. Dani ordenó entonces que me tumbara boca arriba y que Sergio se sentara sobre mi polla, para metérsela poco a poco. Así lo hicimos, con la mirada de Sergio clavada en mis ojos, llena de deseo. No costó nada, estaba acostumbrado a mi polla y su culo la absorbió sin problema. Le estuve follando un rato despacio para que su culo se hiciera a mi polla y cuando fue fácil follarle en ausencia de dolor, Dani empezó a meter dos dedos por el mismo hueco por el que entraba y salía mi rabo. La mueca que hizo Sergio lo dijo todo: aquello parecía demasiado, pero como sus dedos entraron, Dani se apoyó sobre Sergio forzándole a tumbarse sobre mi y trató de meter su polla por encima de la mía. La sensación de tener la polla de Dani intentando hacerse un hueco en el culo de Sergio y frotándose con mi polla, me puso muy bruto, pero aquello fue imposible. No cabían dos pollas en el culo de Sergio sin producir daños, daños de quizá tener que acabar en el hospital. Así que, como estábamos tan cachondos que lo que menos nos apetecía era volver a jugar, paramos unos segundos e intentamos un trenecito. Hacía mucho que no hacía uno. Y a mi me tocó en el medio, justo lo que más me gustaba: follar y ser follado a la vez. Tenía a Sergio de rodillas en la cama y se la metí sin mucho dudar, tenía ya un dolor de huevos considerable, lo que significaba que
- Chicos... me voy a correr en nada...-les avisé.
Dani comenzó a acelerar el ritmo que, a su vez, yo aceleraba con Sergio. Oír a Dani gemir de placer de esa manera y sentir como su leche invadía mi culo fue la puntilla para hacer lo propio en el culo de Sergio, que acabó, después, corriéndose casi sin pajearse, en las sábanas. En total, el trenecito no había llegado casi ni a 5 minutos, pero nos había dejado tan relajados y exhaustos que terminamos tumbados en la cama, de la mano, mirando al techo y sin decir nada durante varios minutos:
- Bueno, ¿terminamos la partida? -dijo Dani.
Nos limpiamos en el baño y fuimos a echar la última ronda, que empezó como la primera, conmigo perdiendo, pero en esta ocasión, con Dani ordenando:
- Queremos follarnos a tu vecino Óscar, estar los cuatro en una cama. Organízalo - dijo, guiñando un ojo.
No había sorpresa en la cara de Sergio, por lo que supuse que aquello estaba más que pactado entre ellos. No me molestó, más bien al contrario: follarnos los tres a Óscar era la excusa perfecta para ocultar mi último encuentro con él.
Nos vestimos, colocamos todo y nos bajamos al bar a seguir de cañas, como tres amigos de los que nunca te imaginarías que follan juntos de puertas para adentro.
Que suerte poder disfrutar del sexo natural con toda confianza. Envidia sana. Espero nunca se rompa ese pacto q tenéis y podáis disfrutar.
ResponderEliminarIncluso hasta el día de hoy el pacto sigue vigente ;)
EliminarJoder !!! Vaya post más cachondo te ha salido.
ResponderEliminarHasta estoy por hacerme una paja ya mismo, jajaja...
Fijate que ya me había olvidado de Óscar, hasta que el final aparece.
Ufff...
Óscar nos acabó dando bastante juego durante una temporada... Con algunas cosas que os sorprenderán bastante... Qué niñato, cómo sabía calentarnos jeje,
EliminarDios mio, quien pudiera tener eso con dos amigos, envidia de la sana y muy sana, enserio tus relatos en tu vuelta de vacaciones van de mejor a mejor. Gracias por tus historias.
ResponderEliminarSube la entrada con la que pasaría con Óscar por favor
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