Esos
segundos en los que no sabes a ciencia cierta qué es lo que va a ocurrir son
los que te ponen aún más cachondo: contemplar cómo sus ojos no pueden
despegarse de tu rabo duro, ver cómo se humedece los labios en señal de que le
apetece comerse lo que tiene delante, oír entre el silencio su corazón
bombeando sangre, darte cuenta de que los nervios le producen sudor y sentir,
finalmente, su caliente mano derecha atrapándote la polla y comenzando a
pajearte con mucha suavidad, como quien está haciendo algo en lo que no es
experto.
- ¿No te
apetece comérmela? -le susurré con sensualidad.
- Es que
nunca he... quiero decir, sí, me he cascado pajas con colegas del instituto,
pero nunca he chupado una... una...-trataba de explicar, sin quitar ojo de mi
polla y sobándome los huevos.
- Una polla.
Nunca has comido una polla, lo entiendo. Pero no te he preguntado eso, te he
preguntado si te apetece comérmela. Sentirla en tu boca, lamerla, hacerme ver
el paraíso con tu lengua caliente recorriendo cada centímetro de mi rabo -le
dije, obviamente, tratando de calentarle.
No hizo
falta más conversación. Bajó la cabeza y se la metió entera, hasta el fondo,
usando mucho la lengua y salivando abundantemente. Me sorprendió que un
inexperto lo hiciera tan bien, ya que suelen ser mucho más brutos y descuidados,
pero este chaval lo hacía de una forma muy delicada y constante, como suele
decirse: "sin prisa, pero sin pausa".
Tampoco fue necesario darle
instrucciones, sabía que tenía que parar cuando empezaba a gemir de placer y
aprovechaba para bajar a mis huevos y jugar con ellos: se metía uno en la boca,
lo saboreaba y masajeaba con la lengua, lo soltaba y cogía el otro, después
volvía a subir a la polla y la seguía mamando. Mientras tanto, con mi mano
derecha trataba de arquear el cuerpo y sobarle el culo, me sorprendió que no
tuviera apenas pelo y me puso muy cachondo sentir su agujero tan cerrado y tan
estrecho, hacía muchísimo tiempo que no encontraba ninguno así.
- ¿Te
importa si voy al baño? -me dijo, tras ver mis intentos de meterle un dedo.
- Claro,
pero no tardes mucho.
Al volver,
lo hacía con un inconfundible olor a jabón, así que me imaginé por dónde iban
los tiros. Volvió a coger mi rabo, un poco morcillón, con la boca y enseguida
supo ponérmela bien dura otra vez, mientras yo volvía a insistir con su culo,
que efectivamente, estaba bien lavado. Le hice parar de mamármela, porque me
correría pronto, y le indiqué que se pusiera boca abajo en la cama con las
piernas bien abiertas. Hacía tiempo que de un tío no me interesaba más su culo
que su polla, que por cierto, no la tenía nada mal. Empecé a lamerle la parte
que tenemos entre los huevos y el culo y no tardé en lamerle la parte
superficial del culo. El chaval soltó un gemido increíble y empezó a retorcerse
en la cama mientras mi lengua se metía en aquella estrecha cavidad que,
probablemente, nunca le habían comido antes. ¿Os hacéis a la idea de lo dura
que me la puso el notar como aquel estrecho agujero se dilataba poco a poco
ante la insistencia de mi lengua? Logré meterle un dedo con facilidad, pero el
segundo ya costó más y decidí parar. Quería que su primera experiencia fuera
satisfactoria y estaba seguro que de follarle, le dolería bastante. Le hice
darse la vuelta y subir las piernas encima de mis hombros: con una mano le cogí
la polla y mi lengua volvió a entrar en su culo. Se corrió en unos veinte
segundos, no más. Y vaya forma de correrse, una leche de lo más líquida y
abundante.
- ¿Aún te
quedan ganas de comérmela? Estoy a punto...
No
respondió. Presionó en mi pecho para que me recostara sobre la pared, bajo la
cabeza y me la chupó de nuevo. Justo antes de correrme, se la saqué de la boca
y con una paja rápida me corrí en su cara. Aquella cara que tanto me encantaba
y cuyos ojos penetraban
en los míos mientras mi rabo echaba chorros sobre su
nariz, mejillas y boca. Posteriormente, nos limpiamos, bebimos algo y me
despedí porque se hacía tarde.
Quedamos
durante toda esa semana, todos los días, para sesiones de pajas, mamadas y
comidas de culo. Lo de penetrarle no iba hacía delante porque todo lo que no
fuera mi lengua o un par de dedos le abrasaba de tal manera que le cortaba el
rollo, así que lo dejé estar. Nos besábamos con frenesí y con un roce a ambos
se nos ponía dura. Era una conexión fuerte.
El viernes
siguiente, justo antes de salir por la puerta de casa habiéndome corrido en su
cara otra vez (decía que le molaba) me preguntó una cosa que me dejó
descolocado. Tan descolocado como me quedé cuando entré a su portal por primera
vez con la sensación de haber estado allí antes:
- Entonces,
por lo que veo, sigues sin acordarte de mi, ¿verdad?
- ¿Cómo
dices? -pregunté.
- Nada. No
tiene importancia -contestó, con su radiante sonrisa.
De camino a
casa le di muchísimas vueltas al asunto. Pensé en que quizá habíamos quedado
antes por alguna app de ligoteo, pensé en que quizá habíamos coincidido algún
verano anterior en alguna zona de cruising y por eso fue tan a saco desde el
principio, porque sabía que me molaban los tíos desde el mismo minuto en que me
reconoció andando por la playa. Sin embargo, esta teoría no era válida. El
chaval tenía 18 años recién cumplidos y, con la salvedad de Óscar, nunca me
había liado con chicos tan jóvenes. Así que pensé que simplemente habríamos
hablado alguna vez por app y al decirme su edad le habría descartado, no había
otra cosa que pudiera tener lógica.
Ese fin de
semana no le iba a ver, tenía compromisos con mis amigos. El sábado pasaríamos
el día en la playa del Rebollo con Sergio y Dani y el domingo tenía una comida
en casa de Sergio con su familia, ya que sus padres celebraban las bodas de
plata y habían invitado a los más allegados. Y aunque Sergio y yo no éramos
nada oficialmente, estaba claro que era la persona con la que más tiempo pasada
tanto en la playa como en Madrid.
Al llegar el
domingo a casa de Sergio me encontré con que me estaba esperando en el portal y
pensé que llegaba tarde y me iba a reñir, pero miré el reloj y nada de eso:
- Cambio de
planes Marquitos. La comida se hace en casa de mis tíos, que el salón es más grande
y estaremos más cómodos -me dijo Sergio.
No me
importó hasta que empezamos a callejear y me llevaba en dirección a casa de
David. "Bueno, es una calle larga", pensé.
Pero cuando
se detuvo en su portal y llamó justo a su telefonillo me quedé de piedra:
- ¿Es una
broma? No tengo ganas de follar ahora, Sergio -le dije.
Claro. Le
había contado que me había estado acostando con una chaval que había conocido
por casualidad y tal y al llevarme a su portal di por hecho que se habían
conocido de alguna manera y habían preparado un encuentro los tres.
- ¿Cómo
dices? -preguntó Sergio, bastante contrariado.
En ese
momento respondieron el telefonillo, abrieron la puerta y subimos. Exactamente
sus tíos resultaron vivir en la puerta de enfrente a la David. ¿Que como no lo
sabía? Pues a ver, conocía a los padres de Sergio, a sus hermanos, pero ni a
sus tíos (más que de vista) ni abuelos u otra familia más lejana.
Empecé a
sentir mucho calor, pero me tuve que quedar blanco cuando entré al salón y vi a
David sentado al final de una enorme y larga mesa preparada para comer. A David
le pasó exactamente lo mismo a tenor de su mirada.
"No me
jodas, que van a ser familia", pensé. Me fueron presentando a los que
conocía y cuando llegué a David, a una niña pequeña que resultó ser su hermana
y a dos personas mayores que eran sus padres, resultó que su padre era hermano
de la tía de Sergio (la madre de Sergio era hermana del hombre que estaba
casado con su tía, cuyo hermano era el padre de David, para que lo entendáis
mejor; vaya, que no eran familia directa).
Lo más
gracioso de todo llegó cuando los padres de Sergio, en un brindis previo a
comer, me presentaron como el novio de su hijo. David se atragantó, empezó a
toser y tuvo que levantarse al baño. Sergio me echó una mirada asesina y, en
cuanto pude, le mandé un Whatsapp para decirle que David era el chico sobre el
que le había contado, con el que me había estado acostando.
"Pero
si hace 4 años fuimos a su 14º cumpleaños, que estaba allí toda mi
familia!!!!!" -me contestó.
Claro de eso
me sonaba. De eso que recordara aquel portal, aquellas escaleras y aquel
descansillo, porque yo había estado allí antes. Y el cabrón de David lo sabía.
La cosa no
tuvo mayores consecuencias, al contrario, todo se empezó a poner más interesante.
Pero, joder,
a veces que el mundo sea tan pequeño te pone en situaciones muy complicadas.
que bueno! y que gracioso! jeje
ResponderEliminar¡¡¡Vaya, vaya, así que era eso!!! Entonces... ¿tú y Sergio erais ya pareja oficial a partir de esta entrada?
ResponderEliminarJames
Se ve que para nuestros padres sí lo éramos, pero nada más ;)
EliminarQue envidia que sus inicios con chicos fuera contigo, seguro que eres un gran maestro.
ResponderEliminarY más interesantes por qué? No me imagino a Sergio follando con un chico que conoce de toda la vida y es como su primo.
Espero que no tardes tanto en publicar como esta vez, que nos tienes a todos en ascuas.
Un gran abrazo.
La verdad es que lamento profundamente tardar tanto en actualizar últimamente, pero el trabajo es lo que tiene. No obstante, tengo el compromiso de volver a publicar todas las semanas de nuevo, espero poder cumplirlo. Muchas gracias por seguir ahí ;)
Eliminarajajaja que cague de risa cuando David se atragantó, nos has hecho esperar bastante! Espero hayas pasado unas buenas fiestas de fin de año! un abrazo desde Latinoamérica!
ResponderEliminarFue una situación bastante cómica, si jejeje. Otro abrazo de vuelta!
EliminarYa anticipabas que podría haber sido peor pero tengo que reconocer que me imaginaba que la cosa iba a acabar en tragedia, me alegro mucho de que no haya sido así.
ResponderEliminar¿Después de aquella comida has seguido teniendo sexo con David?
Abrazotes.
No todo van a ser tragedias, hombre. También me gustan las comedias ;P Sí, hubo más y mejor sexo con David, pero todo a su tiempo ;)
EliminarVaya sorpresa jajajajaja oye Marcos deberás ir pensando en tomar yinnseng ¿te vas haciendo mayor? bueno en todo caso disfrutasteis es lo que parece y esos magreos siempre son agradables, ...pero venga va cuenta no te reprimas ¿ya te lo follaste?
ResponderEliminarJajaja no hombre, pero no todo se basa en quedar y meterla. Hay veces que otro tipo de jueguecitos son igual de satisfactorios, ¿no crees?
EliminarCágate lorito !!! Jajaja... Menos mal que todo acabó en un tierra trágame sin más consecuencias que un dos apuros, un atragantamiento y una mirada asesina.
ResponderEliminarO sea, que te llegaste a declarar a Sergio, no?
Bueno, aqui quedamos a la espera de que nos cuentes las cosas que empezaron a ponerse interesantes ;-)
Hoy en día recordamos ese evento riéndonos bastante, sí...
EliminarDigamos que otros declararon en nuestro hombre, yo simplemente lo pospuse o lo di por hecho...
Gracias por seguir por aquí perro!
Vaya devaneo de cabeza que tuviste hasta resolver el misterio.
ResponderEliminarPensé que te quemabas y salias mal parado de aquella situación, pero me alegro que se quedase en más ó menos anecdótica.
Qué simpáticos los padres de Sergio con ese brindis. (**)
Saludos
Al final no me quemé, la verdad que todo fue mejor de lo que podría haber parecido.
EliminarGracias por comentar ;)
¡Jaja! Muy graciosa la entrada. Hay que ver cómo cambian las cosas en cuestión de unos pocos años. Con 14 años aún no cuenta como chaval potencial pero pasan 4 años, ya tiene 18 y ya es uno más del club.
ResponderEliminarSigo pensando que tu vida ha tenido de todo. Creo que lo único que te debe faltar es haber ido al Rebollo en un día como ayer a hacer cruising rodeado de nieve. ¡Jajaja! Si quieres fotos, ya sabes, aunque igual ya las has visto por la tele.
¡Un abrazo!
HE
Ya te digo, lo del Rebollo cubierto de nieve debe ser para haberlo y, fíjate, estoy convencido de que aun con todo, hubo gente dándose una vuelta por allí.
EliminarUn abrazo.